Poco antes de que el escritor y promotor cultural Paco Ignacio Taibo II pidiera disculpas en su cuenta de Twitter por expresiones vertidas contra sus adversarios en la Feria del Libro de Guadalajara, la senadora Malú Micher, presidenta de la Comisión para la Equidad de Género, informó que la bancada de Morena decidió posponer la discusión del dictamen de reformas a la Ley Federal de Entidades Paraestatales que permitirían al novelista e historiador asumir como director general del Fondo de Cultura Económica (FCE).
Conocidas como la Ley Taibo, las reformas al ordenamiento permiten que un mexicano por naturalización pueda asumir ésta y otra responsabilidad estaban en la agenda del día para ser discutidas en el pleno del Senado, pero ante la oleada de indignación provocadas por las afirmaciones de Taibo en la FIL de Guadalajara, se decidió posponer la discusión del dictamen.
Micher y el senador Salomón Jara le solicitaron al escritor que ofreciera una disculpa pública porque sus expresiones “no contribuyen al avance de la democracia”.
“Nos parece que este lenguaje no deber ser utilizado porque violenta, normaliza la violencia contra las mujeres, la naturaliza y en este grupo parlamentario consideramos que no debe avanzar un lenguaje discriminatorio y machista”, afirmó Jara.
A su vez, la senadora Micher Camarena reconoció la gran aportación de Taibo en la cultura y consideró que sería soberbio decirle al presidente electo qué es lo que tenía qué hacer respecto al nombramiento o no del escritor. “El presidente de la República es libre en tomar sus decisiones. Deberá escuchar las recomendaciones y las posturas de la sociedad, pero él tendrá la decisión final”, apuntó Micher.
El escándalo provocó que tanto las bancadas del PAN, como del PRD y del PRI le pidieran a López Obrador que no designara a Taibo en ningún cargo “porque México necesita paz, mientras que el gobierno de quien aspiraba a ser titular del FCE genera odio, división y demuestra una absoluta soberbia”, afirmó la senadora panista Kenia López Rabadán.
Rabadán aprovechó para argumentar que la Ley Taibo estaba mal planteada desde el principio y lamentó que se hubiera modificado para darle “empleo a un amigo del presidente electo”, pues las leyes deben ser impersonales.