En abril de 2018, en plena campaña presidencial, el ingeniero Javier Jiménez Espriú, futuro titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le advirtió a Proceso: “no habrá un Taj Majal como aeropuerto”. Así respondió a la extensa conferencia de prensa que ofreció su colega y contemporáneo, el ingeniero Carlos Slim, quien salió a defender el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), de Texcoco.
“Entre los ingenieros sabemos que no existe obra imposible, pero sí hay obras incosteables. Y el Nuevo Aeropuerto en Texcoco es una de ellas”, sentenció Jiménez Espriú, uno de los funcionarios con más experiencia en el gabinete de López Obrador en obras de infraestructura, y amigo personal del propio Slim, ya que fue miembro del Consejo de Administración de Telmex.
La experiencia de Jiménez Espriú va desde las áreas de infraestructura, hasta las telecomunicaciones y el tema energético. De hecho, la cercanía con López Obrador y su movimiento político se consolidó durante los foros organizados en el Senado de la República, en 2008, cuando Jiménez Espriú participó como uno de los expertos del “gobierno legítimo” en contra de la reforma energética impulsada por Felipe Calderón.
Jiménez Espriú fue subsecretario de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico en el sexenio de Miguel de la Madrid, subdirector Comercial de Petróleos Mexicanos en la primera parte del sexenio de Carlos Salinas (1990-1992) y le tocó defender el sector energético en las negociaciones del primer Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Fue director general de la Compañía Mexicana de Aviación entre 1994 y 1995, y también ha sido presidente del Consejo de Administración de Turborreactores S.A. de C.V., miembro de los consejos de Aeroméxico y del Grupo IDESA.
A sus 81 años, Jiménez Espriú no es sólo uno de los integrantes del equipo de López Obrador más dinámicos sino uno de los profesionistas más vinculados a la vida académica de la UNAM. Fue profesor de tiempo completo en la Facultad de Ingeniería durante más de 30 años, fue director de la misma entre 1978 y 1982 y entre 1997 y 2007 fue miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM. Fue presidente del Consejo Directivo de la Fundación Javier Barros Sierra y miembro del Consejo Consultivo de la Fundación UNAM.
En privado, Jiménez Espriú también presume su gusto melómano y sus gustos literarios. En los años sesenta realizó estudios en el Conservatoire des Arts et Metiers de París. Fue fundador y primer presidente de la Academia de Música del Palacio de Minería (1978) y de su orquesta sinfónica. En 2004 escribió el libro Cartas a un Joven Ingeniero y Variaciones sobre Temas Diversos, editado en 2010.
Antes del triunfo electoral del 1 de julio y de la consulta popular sobre el NAIM, Jiménez Espriú adelantó a Proceso:
“Si se diera el caso de que ganemos las elecciones presidenciales, desde el 3 de julio hasta el 30 de noviembre de este año vamos a revisar y a vamos a tener un nuevo aeropuerto, pero a un costo muy inferior al actual. No tendremos la réplica del Taj Majal, muy bonito y ostentoso, pero que está en una zona sísmica, que se va a hundir y que se convertirá en un elefante blanco”.