Jorge Milton Cifuentes, exnarcotraficante colombiano, rindió testimonio durante la quinta semana del juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, en Nueva York. Aseguró que el narcotraficante, originario de Sinaloa, pretendió trasladar cocaína a través de los barcos de Petróleos Mexicanos (Pemex) desde Ecuador a México. Asimismo, dijo que el contacto con la empresa mexicana era Vicente “Vicentillo” Zambada, hijo del presunto nuevo líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, y que las reuniones entre los representantes tuvieron lugar a finales de 2007 en Culiacán.
Milton Cifuentes explicó que el traslado con Pemex no se realizó al final. La cocaína terminó siendo transportada mediante un sistema de barcos y lanchas rápidas hacia México. En primera instancia, el Cártel de Sinaloa compraba la cocaína a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la cual era traslada a los puertos en camiones del ejército ecuatoriano, de acuerdo con Cifuentes.
Detalló que el plan era que los barcos de Pemex fueran a Ecuador a recoger petróleo y cocaína, para luego llevarla al puerto Lázaro Cárdenas en el Pacífico Mexicano. Cifuentes no explicó por qué no se llevó el plan a cabo. Sin embargo, identificó a Alfonso Acosta como uno de los representantes de Pemex que trató con el Cártel de Sinaloa.
Aseguró que, tras el plan inconcluso con Pemex, “El Chapo” le entregaba dinero, generado a partir de ventas en Estados Unidos, para adquirir cocaína en Colombia con las FARC. Señaló a un colombiano llamado Gilberto García, alias “El Político”, como el responsable de comprar la droga al entonces grupo guerrillero.
Acto seguido, la droga era trasladada por camiones del ejercito colombiano a Ecuador, y luego por camiones del ejército ecuatoriano hacia las lanchas rápidas, que partían hacia mar abierto para encontrarse con barcos tiburoneros provenientes de Perú. De acuerdo con Cifuentes, usando este método “El Chapo” logró transportar ocho toneladas de cocaína en 2008.
Además, aseguró que “El Mayo” Zambada probó una vez la mercancía frente a él y le preguntó: “¿Quieres darte un pase? Es la droga que mandaste. Está buena. No es de la mejor, pero es comercial”.
