Una “herencia de obras inconclusas” y de “inversiones sin beneficio” recibió el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de la administración anterior, aseguró esta mañana el presidente en conferencia de prensa.
Ejemplo de ello es el tren México-Toluca cuya inversión inicial, de acuerdo con López Obrador, se estimó en 20 mil mdp y que actualmente requiere de 15 mil mdp adicionales para concluirse. La obra en total costaría 65 mil mdp.
López Obrador habló también de plantas “viejas convertidas en chatarra” que “se compraron a precios elevados”, para las cuales “se destinaron recursos adicionales” en rehabilitación y que “no se puede todavía terminar de modernizarlas”.
“Son muchos temas así, empresas, hospitales, gasoductos, universidades, plantas”, mencionó el presidente. Además, AMLO aseguró que “vamos a presentar denuncias para no ser nosotros cómplices” frente a irregularidades en el manejo de recursos destinados a infraestructura. “Sería una omisión si no actuamos”, sentenció.
Con respecto al metro de Guadalajara, que “estuvieron a punto de inaugurarlo”, el presidente aseguró que inicialmente se autorizaron mil mdp para su construcción, pero que actualmente “para terminarlo se requiere un presupuesto adicional de 3 mil 500 mdp”.
AMLO afirmó que su gobierno está haciendo una programación para concluir gradualmente las obras que están pendientes y que han “generado todo tipo de molestias”.
El mandatario recalcó que la prioridad en su administración será el mantenimiento de obras, seguida de la finalización de obras inconclusas. Hasta el momento, se han licitado el 65% de las obras de mantenimiento, según declaró el presidente.
“Se le dio importancia a las obras en proceso, pero son tantas que no va a alcanzar el presupuesto de este año, tenemos que reprogramar la terminación de estas obras”, lamentó.
“Eso es lo que se recibió, una situación de mucho tiradero de obra”, dijo AMLO en referencia a la situación heredada de la pasada administración de Enrique Peña Nieto. “Se hacían muchas obras para beneficio de compañías constructoras y no se pensaba en el interés general”, resaltó.
López Obrador añadió que la inversión privada será parte importante de su plan de mantenimiento, finalización y construcción de obras, dado que “no nos alcanzaría la inversión pública para crecer como lo necesita el país”.
De acuerdo con el presidente, el país debería crecer a una taza promedio anual del 4%; sin embargo, “en 36 años, la taza del crecimiento anual ha sido del 2%, en términos generales, en términos reales prácticamente no ha habido crecimiento”.
Para conseguir tal crecimiento y lograr que se consolide la inversión pública en infraestructura, AMLO reiteró que se necesita terminar con la corrupción. “Esos 600 mil mdp en efecto van a ser inversión pública y no se van a ir por el caño de la corrupción”, vaticinó.