Tras un juicio en Australia en el que se le declaró culpable por cinco cargos de abuso sexual cometidos entre 1996 y 1997 en Melbourne, cuando trabajaba en la Catedral de San Patricio, George Pell, ministro de finanzas del Vaticano y uno de los asesores más cercanos al papa Francisco, se enfrenta a una condena de al menos diez años de cárcel en el marco de una crisis de revelaciones de abusos y violaciones perpetradas por altos funcionarios de la Iglesia Católica contra menores de edad.
Pell, de 77 años, fue declarado culpable desde el 11 de diciembre pasado por los cinco cargos, entre los que se encuentra una acusación de violación. Sin embargo, de acuerdo con el tribunal australiano, la información no se había hecho pública por razones legales. Asimismo, sus abogados apuntaron que han apelado la resolución del juez.
Nombrado cardenal por Juan Pablo II, Pell participó en las cónclaves que derivaron en el nombramiento de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, quien hoy mantiene una postura de “tolerancia cero” ante los abusos a menores cometidos por funcionarios de la Iglesia, incluso, ha organizado cumbres internacionales para frenar estos ilícitos.
Por otra parte, no es la primera vez que el clérigo se enfrenta a denuncias de abuso sexual. En 2002, un hombre aseguró haber sido abusado sexualmente por él en 1961, cuando tenía doce años. Finalmente, el juicio fue desestimado por falta de pruebas y Pell negó tajantemente las acusaciones.
En 2016, siendo testigo de una investigación especial sobre los casos de pederastia en las instituciones católicas australianas, Pell aseguró que en 1980 había “un mundo de crímenes y encubrimientos” en la Iglesia con el objetivo de ocultar los casos de abusos contra menores. En el informe que llevó a cabo la comisión especial se concluyó que al menos el 7% de los sacerdotes habían cometido abusos entre 1960 y 2015.
El cardenal, que se encuentra en libertad bajo palabra, ha respondido que las acusaciones “son una fantasía, una basura absoluta y vergonzosa”.