Boston Celtics o el ejemplo de la inconsistencia

“16 de febrero, lo dijo Jayson Tatum: Los Celtics van a ganar Las Finales de este año”, dijo el sophomore de Boston a la prensa durante el Fin de Semana de Estrellas. Desde la reactivación de la liga hace unos días, los de verde y oro tienen un récord de una victoria por cuatro derrotas, que iniciaron el 21 de febrero en contra de Milwaukee y se extendieron hasta el día 26 con una caída espectacular ante Toronto, quizá el partido en el que Boston exhibió sus carencias a la defensiva y su falta de química en el equipo. Si este equipo entiende a todo lo que tiene que renunciar, y si lo hace, es un equipo con calidad suficiente para ser campeón, dijo el ex Celta Paul Pierce The Truth en una transmisión en vivo antes de iniciar la temporada: esa noche frente a Toronto, Boston fue el ejemplo de lo que un equipo no debe hacer sobre la duela. En medio de esta crisis, se atravesaron las derrotas ante  Chicago, contra quienes obtendrían redención el 1 de marzo, y otra más ante Portland, que vio frenada su exitosa gira esa misma noche ante Toronto. Boston pasó, en un lapso de cinco días, de una derrota digna ante Milwaukee –el mejor récord de la liga– por apenas un punto, a ser poco menos que la sombra de lo que fueron el año anterior.

4) “No se distraigan de lo que pueda hacer Boston, vamos a arreglar esto”, tuiteó Marcus Morris Sr., jugador de Boston Celtics, el día después de la derrota contra Portland Trailblazers, partido disputado en el TD Garden y que representó apenas la derrota número 9 como local para Boston en lo que va del curso. El 27 de febrero de 2019, Boston instauró dos marcas negativas esta temporada: por cuarta noche consecutiva, encadenó una derrota (antes habían sido máximo 3), y por el mismo número de noches marcó un diferencial negativo, con -5. Contra Toronto, la noche antes, el diferencial fue de -23; y una noche antes, frente a Chicago, -10; y una noche antes, la primera de las derrotas, apenas un -1 ante Milwaukee. De nueva cuenta, la ofensiva de Boston luchó contra un aro que se fue haciendo más y más pequeño desde el inicio de la racha negativa: en menos de 4 encuentros, pasó de lanzar un 35% de triples (vs Bucks) a un mediocre 17% frente a Portland. Y es que no solo era que los tiradores fallaran el tiro: la mayor parte de las veces, ni siquiera se encontraban en el lugar o momento indicado, dificultando las labores de los encargados de crear el juego. Por cuarta noche consecutiva, Celtics se aseguró de perseguir en el marcador a su rival, haciéndolo durante prácticamente todo el partido (41.27 minutos). Cuando faltaban poco más de 3 minutos del tercer cuarto, Boston había anotado apenas 6 goles de campo en ese período, pero había perdido el balón en 7 ocasiones. Por cuarta noche consecutiva, los últimos doce minutos llegaron demasiado tarde a B-Town.

3) “El problema es que este año había expectativas. El año anterior no las había, pero este sí. No podemos estar cómodos siendo quintos lugares. Si esto le parece difícil a los jóvenes, ¿qué van a pensar cuando intentemos meternos a Las Finales?” La transmisión de tevé enfoca a Kyrie Irving el último cuarto de la derrota ante Toronto. Faltan seis minutos y Brad Stevens ya ha sacado la cámara. Kyrie se ve incómodo. Está sentado en la banca y sus ojos dejan ver su enojo y frustración –pero levanta la mirada, intentando acortar el período de duelo lo más que se pueda. El equipo, que a inicios de la temporada había roto el récord de la franquicia con más triples anotados en un partido con 21, lanzó esa noche seis de treinta. La defensa, que había sido un poco de lo rescatable este año, jugó de manera descuidada. Después de un primer cuarto parejo, Boston anotó 13 puntos y encajó 36, entre ellos una racha de 18 puntos a cero. La ventaja se amplió aún más en el tercer período, con un parcial de 29 a 23 a favor de Toronto. La otra cara de la moneda: de los 118 puntos anotados por los Raptors, 51 de ellos fueron lanzados detrás de la línea de tres, registrando 17/36 triples: Boston solo obtuvo 18 unidades de la misma forma. Toronto dominó los aspectos principales del juego, repartiendo balón con 36 asistencias por 24 de Boston. Lideró el partido por más de 40 minutos  con una ventaja máxima de 31 puntos –Boston solo estuvo arriba durante 3:28, por apenas 4 puntos.

2) “Ya no me frustro. Esto es parte de la temporada regular. El chiste es llegar a los playoffs. Juegas contra un equipo. Te preparas para un equipo. No veo a nadie ganándonos en siete partidos”, dijo Kyrie en medio de esas derrotas. El 23 de febrero de 2019, Boston perdió por un margen de 10 puntos ante los Chicago Bulls, uno de los equipos que luchan por una posición alta en la lotería del draft –es decir, uno de los peores récords ganadores. Zach Lavine (42) marcaría su récord de carrera, batido el 1 de marzo en el cuádruple tiempo extra contra Atlanta (47), al igual que Lauri Markkannen (35). El marcador no fue tan abultado como la noche contra Toronto, pero hubo diferencias abismales de nueva cuenta en los triples encestados: Boston anotó poco más del 33% de triples (10/29), mientras que Chicago obtuvo 12 de 30. Chicago dominó los tableros, con 49 rebotes (11 ofensivos) contra 32 (6 ofensivos) de Boston. Los dos equipos obtuvieron el mismo número de asistencias con 26, y a pesar de que Chicago perdió el balón en 13 veces (7 de Boston), los pases descuidados y los tiros apresurados y los tiros aislados redujeron la efectividad de campo de Boston, que marcó 45/92 tiros de campo. De nueva cuenta, los de verde y oro persiguieron en el marcador a los Toros por más de 34 minutos –perseguir nunca es bueno ni ha resultado efectivo para Boston esta temporada. A diferencia de la pasada, parece que los cuartos períodos están llegando demasiado tarde a Boston, cuando desde tiempos de Isaiah Thomas se caracterizaron por cerrar los partidos en los últimos 12 o 24 minutos: no importaba si Celtics caía por 10 o por 15 o por 20: Celtics era sinónimo de clutch. Si bien es cierto que la efectividad a la ofensiva aumentaba, no se puede negar que las oportunidades de revertir un déficit se ocasionan bajo la canasta propia, ajustando las defensas necesarias: Boston no ha logrado hacer eso este ciclo: cada poco los jugadores pierden sus marcas o caminan o no saben muy bien en dónde deberían estar parados, y cuando entienden su posición, es porque van camino a recoger el balón bajo las redes.

1) “Básicamente tenemos en el vestidor un grupo de jóvenes jugadores que creen que pueden hacer más de lo que están haciendo”, dijo Kyrie Irving, quien lanzó para 9 de 27 tiros de campo en la derrota contra Milwaukee el 21 de febrero, partido que indicaba el regreso a la acción. A estas alturas de la temporada, siendo los Bucks el mejor récord de la liga, sumado a la inestabilidad de Boston, podría decirse que era una derrota, si no presupuestada, vista de manera borrosa en el horizonte –algo que podía pasar. El partido terminó con una fallida entrada a canasta por parte de Irving cuando faltaban poco más de dos segundos, dejando un marcador de 98-99 a favor tde los Bucks. Los números en triples estuvieron bastante parejos: 14 de cuarenta para Boston, 14 de 39 para Milwaukee. En el segundo período, una victoria de parte de Celtics pareció factible cuando lideraron por once puntos, ventaja que conservarían apenas por unos minutos. La ventaja máxima fue de once puntos, en el segundo cuarto, mientras que Milwaukee obtuvo 9, aunque dominó el partido por poco más de 28 minutos, mientras que Boston lo hizo por apenas poco menos de 14 minutos.

El viernes pasado, cuando jugaron en el TD ante Washington, la defensa de Boston volvió a ser lo que era y tuvo la capacidad de cerrar el partido. Con poco más de seis minutos para acabar el partido, Wizards había recortado la ventaja a apenas 3 puntos. En menos de un minuto, Boston pudo poner seis unidades más, todas propiciadas por robos o dobles marcas en media cancha -4 de esos puntos, anotados por Terry Rozier. Celtics puede ser el equipo que este año le ha ganado ya a Toronto y a Philadelphia, ambos arriba de ellos en la clasificación. Faltará ver si Boston puede ser consistente, ya que el talento lo tiene de sobra: a la ofensiva, máquinas certeras como el mismo Kyrie Irving, Marcus Morris Sr., Jayson Tatum, Jaylen Brown; jugadores polifacéticos como Al Horford o Daniel Theis, que lo mismo bloquean tiros que asisten que anotan de tres; y superestrellas defensivas como Marcus Smart, que igualmente ha subido sus números a la ofensiva. Junto a estas figuras resaltan las inconsistencias de Terry Rozier, a quien no le ha sentado bien salir de la banca este año; o el recién vuelto de una fractura, Gordon Hayward, que lo mismo puede poner 30 puntos (como ya lo ha hecho este año) que marcar 2 unidades en 25 minutos de juego. En el camino aún quedan rivales como Houston (3 de marzo) y los dos partidos ante Indiana (29 de marzo y 4 de abril), con una gira por California en el medio, durante la cual jugarán contra Golden State, Clippers, Lakers, y Sacramento. “Los playoffs”, como dice Kyrie Irving, “son una liga completamente diferente”. Habrá que ver cuál será la versión de Boston que saltará a la cancha en el mes de abril: de eso dependerá la carrera de los Celtics y hasta donde puedan llegar: si logran solucionar sus problemas de química, probablemente puedan contender, al menos, por ganar las finales del Este. Si no lo hacen, pueden ser barridos en primera ronda: no habrá medias tintas en Boston.

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