El próximo 29 de marzo se vence el plazo para que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), pero ¿Cómo se llego a esto?
Presionado por el ala euroescéptica de su partido, el entonces primer ministro británico, David Cameron (líder del Partido Conservador y Unionista), resolvió convocar un referéndum el 23 de junio de 2016 para que los británicos decidieran con su voto si deseaban o no abandonar la UE. Cameron necesitaba en ese tiempo cohesionar al Partido Conservador ante el avance del euroescepticismo y del partido populista UKIP.
De tal suerte, el 51.9% de los votantes apostaron por el Brexit, frente al 48.1% que votó en contra. Hubo divisiones importantes dentro del país: Inglaterra y Gales apoyaron la marcha de la UE, Escocia e Irlanda del Norte en cambio votaron por permanecer.
Hay dos tipos salida para Inglaterra, la pactada y la que sería sin alcanzar acuerdos con la UE, se busca sin embargo, una salida con soluciones no traumáticas para ambas partes.
De tal manera, el acuerdo del Brexit que ha sido negociado con mucho esfuerzo por la Primer Ministra Theresa May fue rechazado por el parlamento británico el 15 de enero lo cual puso en entredicho la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el futuro de la primera ministra.
El acuerdo que consta de 585 páginas es fruto de 17 meses de difíciles negociaciones entre Londres y la UE, fue ampliamente refutado en el parlamento, el cual se comportó de manera hostil: 432 diputados votaron en contra y solo 202 a favor.
Para los diputados euroescépticos el acuerdo negociado por May hace concesiones inaceptables a la Unión Europea. Por su parte, los pro europeos ven en él condiciones peores a las que tiene el país actualmente como miembro del bloque.
Su punto más conflictivo es el denominado ‘backstop’, un mecanismo ideado para evitar la reinstauración de una frontera dura en la isla de Irlanda -susceptible de amenazar el Acuerdo de Paz de 1998- y que en opinión de los euroescépticos podía mantener a Reino Unido atrapado en las redes europeas indefinidamente. Los legisladores pro-Brexit quieren una garantía de la UE de que esta cláusula, en caso de activarse, será temporal, y dijeron que estarían dispuestos a respaldarlo si May logra cambios en ese punto.
Sin embargo, la UE ha descartado hasta ahora realizar cambios en el texto acordado con el gobierno británico y que fue rechazado por el parlamento.
Por otra parte el parlamento apoyó el miércoles 27 de febrero la enmienda presentada por la laborista Yvette Cooper, que aboga porque la Cámara de los Comunes pueda votar sobre prorrogar el Brexit a partir del próximo 14 de marzo.
Este sería el “plan b”, en caso de que los diputados previamente hayan descartado el acuerdo presentado por la primera ministra británica Theresa May.
Se trata de una enmienda no vinculante que, sin embargo, no deja de reforzar el compromiso adoptado por May por lo que vienen días clave para la solución definitiva:
– 12 de marzo: con esta fecha como límite el Parlamento volverá a votar el acuerdo del Brexit sellado entre Londres y Bruselas el pasado noviembre y que tendrá algunas modificaciones.
El Parlamento confía en haber podido introducir cambios en el documento, en concreto en la salvaguarda ideada para evitar una frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
– 13 de marzo: Si la cámara baja rechaza el acuerdo el día anterior, en esta jornada los diputados votarán sobre si apoyan que el Reino Unido abandone la Unión Europea de manera no negociada a partir del 29 de marzo.
Esa es la fecha establecida para materializar el Brexit, en virtud de la aplicación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa que establece el periodo de negociación sobre la salida de un país comunitario.
– 14 de marzo: En el caso de que el día anterior los parlamentarios hayan rechazado abandonar de forma abrupta el bloque comunitario, entonces este día se pronunciarán sobre si prorrogar el Brexit o no.
Si el Parlamento aprueba este “corto y limitado” retraso, según May, entonces la Unión Europea deberá dar su consentimiento para ampliar la validez del Artículo 50.
– 29 de marzo: Este día el Reino Unido abandonaría automáticamente de forma abrupta la Unión Europea, a no ser que el Parlamento hubiera aprobado el día 14 la prórroga y esta hubiera sido aprobada por los 27 países restantes del bloque comunitario.
En el hipotético caso de que la Cámara hubiera aprobado el acuerdo de May, esta fecha supondría el inicio del llamado período de transición de 21 de meses, hasta diciembre de 2020 y prorrogable un año más.
Durante ese tiempo el país ya no formaría parte de la Unión Europea, pero sí estaría aún bajo las leyes, obligaciones y jurisdicción del Tribunal de Justicia europeo.
De momento, la primera ministra continuará los próximos días semanas tratando de convencer a la Unión Europea de reabrir el Acuerdo de Salida sellado el pasado noviembre para introducir cambios en la polémica salvaguarda irlandesa.
Las autoridades europeas se niegan, por el momento, a renegociar ese documento, lo que complica las cosas a la mandataria, quien, de regresar al Parlamento con el mismo acuerdo sin modificar, no tiene ninguna garantía de que los parlamentarios lo vayan a apoyar.
Casi la mitad de los británicos (49%) piensan que un Brexit sin acuerda sería una catástrofe económica cuyo impacto persistiría durante mucho tiempo, frente a un 28% que no están de acuerdo.
Ante la incertidumbre, las familias británicas están acumulando sin caer en compras de pánico reservas alimenticias ya que piensan que la salida de la UE será “sin acuerdo” o sea desordenada lo cual hará que haya nuevos aranceles a los productos alimenticios importados.
La situación en realidad se encuentra en un limbo, se espera la tolerancia y comprensión de ambas partes para lograr un buen acuerdo.
Finalmente es importante decir que el 53% de los británicos están a favor de posponer la salida del Reino Unido de la Unión Europea lo que abriría la puerta aun segundo referéndum, el 33% respalda un Brexit sin acuerdo incluso si afecta a la economía.