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Trascendental visita del Presidente Iraní a Irak

Todo indica que los esfuerzos de los Estados Unidos de Norteamérica por mantener aislada la República de Irán de sus vecinos se están viniendo abajo.

Vale la pena recordar que recordar que en el año 2015 tras años de negociaciones se firmó un Acuerdo Nuclear Multilateral con Irán para impedir el uso de la energía nuclear en armas y misiles que pusieran en riesgo la seguridad de esa zona.

El Acuerdo fue firmado por Irán, Francia, Reino Unido, Rusia, China, Alemania, la Unión Europea y los Estados Unidos. Sin embargo en mayo del año pasado, el país norteamericano se retiró de manera unilateral de este pacto, el cual incluía el delimitar el programa nuclear a cabo de levantar las sanciones económicas previamente impuestas por el país de las barras y las estrellas.

De tal manera se permitió a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) vigilar el cumplimiento de este acuerdo.

Importante decir que a la fecha del retiro de los Estados Unidos del Acuerdo no hubo un solo reporte que indicara que Irán había incumplido el acuerdo y así lo ratificaron los países firmantes. El pretexto de los americanos fue que Israel (que no firmó el Acuerdo) presentó unas pruebas nada contundentes de que Irán seguía produciendo armamento nuclear.

Desde entonces, el gobierno de Donald Trump solo se ha dedicado a imponer sanciones, cabe decir que varias de ellas no son apoyadas por los otros países firmantes del Acuerdo.

La moneda iraní, el rial, ha perdido la mitad de su valor desde abril del año pasado por la amenaza de nuevas sanciones de Estados Unidos. La caída de la divisa y la aceleración de la inflación han generado manifestaciones esporádicas en Irán en contra de la especulación y la corrupción, con muchos gritando consignas antigubernamentales.

Para noviembre del 2018, se impuso un embargo a las compras de petróleo, sin embargo países europeos y China han continuado con la adquisición de hidrocarburos iraníes.

Aunado a las sanciones, los de Donald Trump quieren aislar a Irán de sus vecinos y aliados comerciales con la aplicación de una política de la zanahoria y el garrote a estos países.

A pesar de tener diferencias ancestrales, en esta semana se llevó a cabo una visita de Estado del Presidente de la República a Bagdad donde el Presidente de la República de Irak, Barham Salih lo recibió para establecer una seria de

acuerdos que sin duda deben de tener muy molestos a los norteamericanos.

Estos arreglos incluyen Proyecto de ferrocarril de Basra-Shalamcheh, facilitación de visas para inversionistas, proyectos conjuntos en salud, un memorando de entendimiento entre el Ministerio de Industria, Minas y Comercio de Irán y el Ministerio de Comercio de Iraq, y otro en el campo del petróleo entre los ministerios de petróleo de los dos países, que fueron firmados previamente por los altos funcionarios de Irán e Irak.

La visita es parte de una estrategia política, de seguridad y económica que persigue Teherán.

Irán está ansioso por contrarrestar la estrategia de EE. UU. De ponerlo bajo “máxima presión”, en particular para asegurar que los países en su frontera sigan siendo amigos.

Teherán está completamente alerta a la creciente presión de Estados Unidos sobre el nuevo gobierno iraquí para reducir la influencia iraní en Irak. Después de gastar recursos para luchar contra ISIS en Irak, Teherán está dispuesto a asegurar lo logrado y asegurar que ninguna facción política en Irak se vuelva en su contra.

A través de esta visita, Teherán ha enviado un claro mensaje político a los Estados Unidos de que, mientras que las fuerzas estadounidenses tienen la ventaja en el espacio aéreo de Irak, Irán es el principal jugador externo en el terreno.

El viaje se produce después de la visita inesperada del presidente de Estados Unidos, a una base aérea en Irak en diciembre pasado, lo que llamó la atención por romper el protocolo (al igual que la observación posterior de Trump de que las tropas estadounidenses deben permanecer en Irak para ” observar a Irán “).

A diferencia de Trump quien tuvo que volar escoltado inusualmente por varios cazas F-35 lightning, y que tuvo que aterrizar en la oscuridad y con las luces del Air Force One apagadas, Rouhani fue recibido abierta y formalmente por el gobierno iraquí, reuniéndose con una serie de facciones iraquíes y líderes políticos.

El viaje del Presidente de Irán a Irak también transmitió un mensaje estratégico: Teherán espera que Irak respalde a Irán en sus dificultades económicas, de la misma manera que Irán fue el primero en apoyar a Irak en su lucha contra el ISIS. Si bien Bagdad está preparado para resistir la presión estadounidense y mantener estrechos vínculos con Teherán, queda por ver cuánto puede aliviar los dolores de Irán, especialmente en un momento en que Irak se enfrenta a sus propios desafíos en la era de la reconstrucción posterior a ISIS.

Durante la visita también el gobierno iraquí pagó alrededor del 10 por ciento de su deuda de $ 2 mil millones a Irán por las importaciones de gas y electricidad.

Se rumorea ampliamente que, en Najaf, Rouhani entregó un mensaje del líder supremo iraní Ali Khamenei a Sistani, pidiéndole que se uniera a Irán en su actual crisis.

Parece que a Sistani está manifestando su apoyo a la estrategia regional moderada del gobierno de Rouhani.

Los Estados Unidos de Norteamérica debería pensar dos veces el tema de las sanciones y la presión a Irán es claro el mensaje que envían al mundo en decir que en el Medio Oriente los dos países son libres y soberanos y que la cooperación entre ambos ayudará a que Irán pueda recuperarse económicamente e Irak desarrollarse con el abasto de energía eléctrica que le provee ese país.

Hago notar que esta visita tuvo poca o nula cobertura por parte de los medios de comunicación norteamericanos y europeos.

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