La Secretaría de Economía (SE), celebró que el gobierno de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América, haya puesto fin a los aranceles impuestos a las importaciones de acero y aluminio originario de México desde el pasado 17 de mayo, por lo que México también terminó con la aplicación del gravamen a los mismos productos provenientes de EU.
Estos impuestos fueron implementados desde junio de 2018, cobrándose un arancel de 25 por ciento a las importaciones de acero y de un 10 por ciento a las de aluminio de México y Canadá, sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) desde 1994; por su parte México, y en ajuste a las medidas de EU, también impuso aranceles de entre un 15 y un 25 por ciento a productos de acero y bienes agrícolas del país del norte. La propia SE señaló que esta estrategia de represalias fue clave en la presión para que el país del norte cediera en las negociaciones.
Asimismo, el gobierno de México agradeció al gobierno canadiense el haber mantenido una visión compartida con las políticas de nuestro país respecto a la solución deseable para estos aranceles aplicados por EU, y afirmó que la SE también ha estado en diálogo permanente con el sector productivo mexicano a través de la Cámara Nacional del Hierro y el Acero (CANACERO), del Instituto Mexicano del Aluminio (IMEDAL) y la Cámara Nacional de la Industria del Aluminio (CANALUM), a fin de asegurar que los intereses de estas industrias estén debidamente protegidos.
Mediante un comunicado de prensa, la SE reafirmó su posición con respecto a la necesidad de garantizar la integración productiva competitiva en América del Norte, por lo que se congratula del acuerdo alcanzado, ya que con esta decisión se allana el camino para la ratificación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) en el futuro próximo.
Estados Unidos ha cedido en las negociaciones con México en este sector mientras que su conflicto arancelario y comercial con China agudiza. Donald Trump, dijo que sus aranceles sobre productos chinos están provocando que las empresas trasladen la producción de China a Vietnam y otros países de Asia, y agregó que cualquier acuerdo con China no puede ser un acuerdo “al 50%”.
Todo esto en el contexto no sólo de los conflictos por las importaciones y exportaciones, sino también ahora que Google ha anunciado que dejará de permitir actualizaciones en los celulares de la marca china Huawei, lo que abre un nuevo episodio en la guerra comercial entre el país asiático y Norteamérica donde ya se involucran medidas no arancelarias.