Luego de que el Senado de la República aprobara la Ley de Austeridad Republicana, en la que se otorga parte del presupuesto al poder Ejecutivo para ejercerlo a criterio presidencial, el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo al respecto: “Me ofende, me dicen, ´¿usted va a manejar una partida secreta? ´, pues qué le contesto al Reforma, pues no soy Salinas”.

El Senado de la República aprobó, con 74 votos a favor, cero en contra y 29 abstenciones, la Ley de Austeridad Republicana, la cual pone límites al gasto público y permite que esos ahorros sean destinados “a proyectos previstos en el Plan Nacional de Desarrollo” o al destino que “por decreto” el presidente determine, todo esto plasmado en el artículo 61 de la referida ley.

El mandatario mexicano añadió entonces que se buscarán los mecanismos para que ese recurso se traslade a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quien es la encargada del ejercicio presupuestal: “Es un acuerdo para que la facultad se le traslade a la Secretaría de Hacienda que es la responsable del manejo del presupuesto. Hacienda tiene que informar permanentemente y ya existen mecanismos de control que tienen que ver, primero, con la Secretaría de la Función Pública, lo que era antes la Contraloría, pero además hay que informar al Congreso periódicamente, al aparato legislativo que es el encargado de vigilar el presupuesto y de la vigilancia del ejercicio del gasto”.

Al respecto, criticó los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas de administraciones anteriores:  “Eso de la transparencia fue una simulación que se hizo en el periodo neoliberal, el crear organismos para la transparencia, la sociedad civil, nunca vieron nada, saquearon al país y el Instituto de la Transparencia nunca presentó una denuncia de actos de corrupción; al contrario, el Instituto de la Transparencia sirvió de tapadera y medios de información conservadores fueron los que impulsaron todo esto”.

Asimismo, ante los cuestionamientos de si haría uso discrecional de una posible “partida secreta”, el mandatario insistió: “No lo voy a hacer así, vamos a buscar la manera de dar esas facultades a la Secretaría de Hacienda; el Reforma a veces nos confunde y piensa que soy Salinas (…) Ni modo que voy a tener yo una partida secreta como la que tenía Salinas, de la que Reforma nunca dijo nada”.

Luego de que el diario Reforma publicara una nota titulada “Acusan partida secreta de AMLO”, el presidente López Obrador añadió que tiene derecho a defenderse de los señalamientos hechos por la prensa: “No se me enojen cuando yo utilizo el derecho de réplica porque sí calienta, cómo no va a calentar que digan: ´va a manejar la partida secreta´, que diga el Reforma eso, espérate, eso sí calienta, no soy Salinas, vamos respetándonos”.

En 2013, el juez federal Carlos López Cruz resolvió que los fondos de la partida secreta de la Presidencia fueron desviados  en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari de forma sistemática y de los 2 mil 700 millones de pesos asignados a esta partida entre 1990 y 1994, 2 mil 218 millones fueron transferidos ilegalmente a una cuenta en Banco Mexicano Somex; sin embargo, se absolvió del delito de peculado a Raúl Salinas de Gortari.

En sus acusaciones, la Procuraduría General de la República imputó que el incremento real de su riqueza en el periodo de Salinas como funcionario público fue de 161 mil 462 millones de viejos pesos. En diciembre de 2004 la PGR, luego de que un tribunal colegiado de Toluca absolvió a Raúl Salinas del delito de peculado, con el argumento de que la partida secreta existía para gastos contingentes y no tenía reglas para su manejo.

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