Carlos Lomelí, ya exdelegado de Programas para el Desarrollo del gobierno federal en Jalisco, renunció a su cargo luego de ser señalado como miembro de una red de empresas farmacéuticas que busca ser contratista del propio gobierno federal a través de una licitación de medicamentos. Aunque la renuncia al parecer fue presentada el pasado miércoles, se hizo pública este viernes, en el marco de la visita del presidente López Obrador a Jalisco.
Al ser señalado por el conflicto de interés en su intención de ser proveedor del gobierno siendo parte del mismo, Lomelí escribió en su cuenta de Twitter: “El día de hoy tomé la decisión de separarme del cargo de Delegado de Bienestar en Jalisco, lo hago con un profundo sentido de responsabilidad y con claridad de miras y prioridades”.
En una entrevista para adn 40, Lomelí declaró que deja el puesto con la intención de que “haya la libertad de que se puedan hacer las investigaciones correspondientes y parar ese golpeteo y esa violencia mediática que ha estado recibiendo o intentan dañar al gobierno federal de manera permanente y contundente a través de esa asociación llamada Mexicanos Contra la Corrupción”, asimismo, aseguró que el Jefe del Ejecutivo es su amigo y dijo que espera que termine el “golpeteo” a su administración.
En mayo pasado, un reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) señaló que empresas ligadas a familiares y colaboradores de Carlos Lomelí, como Laboratorios Solfran, S.A., presentaron su carta de interés para participar en la compra consolidada de medicamentos del gobierno federal. En ejercicios de anteriores administraciones esta compra ha sido de alrededor de 17 mil millones de pesos.
Aunque Solfran es la única de la que Lomelí declaró haber sido dueño, según (MCCI) existen otras cinco restantes con las que se relaciona a once de sus familiares y colaboradores más cercanos; éstas han ganado más de dos mil millones de pesos en contratos por la venta de medicamentos a distintas autoridades.