Desde el 31 de marzo del presente año, se han presentado protestas en Hong Kong por la La ley de extradición que impulsa Carrie Lam, jefa del Ejecutivo de dicha Región Administrativa Especial de China, que aprovechó la impunidad de un asesinato en Taiwán para hacer la propuesta al Gobierno central. Ahora lo que se busca es que algunos crímenes en la isla sean juzgados en territorio continental chino.
El gobierno de Pekín la obligó a mantenerse en el cargo y arreglar las cosas con los protestantes, dejando así en el terreno local el asunto. Sin embargo, por primera vez los hongkoneses, este miércoles protestaron en contra del Partido Comunista chino (PCCh), y una multitud se congregó frente a su representación oficial en la isla, la Oficina de Enlace.
Fue entonces que el gobierno de la República Popular de China, puso cartas en el asunto. Wu Qian, portavoz del Ministerio de Defensa, durante una rueda de prensa, descalificó el comportamiento de los manifestantes: “El comportamiento de algunos radicales desafió la autoridad del Gobierno central. Estamos siguiendo de cerca el desarrollo de los acontecimientos en Hong Kong”, y mencionó que “el artículo 14 es claro”.
El artículo al que refiere Wu Qian, de la Ley Básica de Hong Kong, regula la presencia del Ejército Popular de Liberación, en el territorio y establece que “las unidades estacionadas por el Gobierno central no interferirán en los asuntos locales de la región”, excepto cuando “el Gobierno local solicite su asistencia para mantener el orden público o en caso de catástrofe”. Las declaraciones del portavoz del Ministerio de Defensa pondrían por primera vez la posibilidad de intervención militar en ese territorio.
La violencia en Hong Kong ha tenido una escalada preocupante: el pasado domingo fueron atacados al menos 45 manifestantes en una estación de metro, cuando un grupo de hombres vestidos de blanco, con palos y barras metálicas, les atacaron luego de realizar una marcha contra el Gobierno local.