El presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó la “Ley antimarchas” o la más conocida “Ley garrote”, ya que consideró necesario que se acabe con la extorsión y la corrupción en Tabasco.
“Yo pienso que se estaba abusando, había extorsiones, corrupción y era necesario poner orden. Creo que ese fue el principal de esta nueva legislación”, expresó en conferencia matutina.
A pregunta expresa sobre las consecuencias que traería consigo esta Ley, aprobada ayer en el congreso de Tabasco, con 21 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones, añadió que no se afectan derechos humanos, ni se limitan las libertades de los ciudadanos; “no puede afectarse el derecho a disentir, a la manifestación, la libertad en general”.
Convencido de que la corrupción se extendió de arriba hacia abajo, y no de abajo hacia arriba, el titular del ejecutivo busca acabar con la misma, comenzando de arriba para dar el ejemplo, porque rechazó que esta sea parte de la cultura del pueblo.
“Por qué ¿qué puede pasar en el mediano plazo?, que limpiemos arriba, yo estoy hablando aquí, ya lo dije una vez y lo repito ahora, que no hay corrupción tolerada. Y me diga un empresario, un comerciante: ‘El presidente está en la luna, está en otro planeta porque a mí me extorsionan, yo sigo padeciendo de la corrupción”, añadió.
Ayer, también comentó que empresas han llegado a pagar hasta 500 mil pesos de extorsión a la semana para poder transitar y trabajarle a Petróleos Mexicanos (Pemex).
Este ordenamiento enviado por el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, contempla de 10 a 20 años de prisión para ciudadanos, e incluso servidores públicos que realicen marchas y bloqueos en carreteras, que perjudiquen a terceras personas.