Se corrió la voz de que sus asesores le recomendaron no visitar El Paso, Texas y Dayton, Ohio, ciudades de Estados Unidos donde el pasado fin de semana hubo tiroteos en los que murieron 31 personas y otras más resultaron heridas; sin embargo, este miércoles Donald Trump hizo caso omiso y se presentó ante las familia de las víctimas y visitó algunos afectados. En ambas cuidadas, lo recibieron con protestas.
Primero, el presidente estadounidense llegó a Dayton, donde le dio la “bienvenida” el icónico globo gigante conocido como “Baby Trump”, que ya se ha utilizado en varias manifestaciones en su contra. Las pancartas de quienes protestaban hacían alusión a la cercanía que el mandatario tiene con la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), quienes incluso, donaron alrededor de 30 millones de dólares para la campaña del mandatario en 2016.
“Hagan algo”, “Deja de ser un bebé, hazle frente a la NRA”, se leía en algunos carteles, en los que también se le daba al gobernante la “Bienvenida a Toledo”, en alusión a un error que cometió durante su mensaje el fin de semana al país, cuando habló de esa localidad vecina de Dayton.
Aunque no dio ningún mensaje para medios de comunicación, Donald Trump utilizó su cuenta de Twitter para publicar fotografías en las que se muestra visitando a los heridos por el tiroteo del fin de semana, acompañadas del siguiente texto: “¡Las personas que conocí hoy en Dayton son las mejores del mundo!”.
“Creo que mi retórica une a la gente”, dijo Donald Trump por la mañana, antes de salir de La Casa Blanca; sin embargo, no se puede olvidar que el asesino de El Paso, Texas, Patrick Crusius, de 21 años, es un supremacista inspirado por el discurso del propio presidente norteamericano, quien en un sinnúmero de ocasiones se ha expresado de forma racista contra los latinos y en específico, contra los mexicanos.
Por eso, al llegar a la ciudad texana, las protesta fueron encabezadas por hispanos en su mayoría, quienes rechazan la política racista que ha emprendido el mandatario estadounidense. Entre banderas de México y pancartas, se manifestaron por la visita de Trump.
En ambos compromisos, el presidente ha evitado cualquier contacto con la gente e incluso con los medios de comunicación. La Casa Blanca no había detallado la agenda de las visitas y ni siquiera los periodistas acreditados han podido acompañarlo al interior de los hospitales.