A través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), de la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República, y la Oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el Gobierno de México firmó un convenio a fin de garantizas la libertad de expresión y contribuir al fortalecimiento de la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos en torno a los medios de comunicación.
El instrumento firmado por el secretario Marcelo Ebrard, el representante de la UNESCO en México, Frédéric Vacheron y, como testigo de honor, Jesús Ramírez Cuevas, vocero de la Presidencia, permitirá la implementación en México de los Indicadores de Desarrollo Mediático (IDM) aprobados por el Consejo Intergubernamental del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) en el 2008, e implementados en más de 15 países alrededor del mundo, tales como Estados Unidos y Canadá.
Los IDM establecen un marco en el que los medios y las instituciones pueden contribuir a la gobernabilidad y al desarrollo democrático. Constituyen “una importante herramienta de diagnóstico para que todos los actores evalúen el nivel de desarrollo de los medios de comunicación en un determinado país y de esta manera determinen las áreas en las cuales más apoyo se requiere”.
“La implementación de los IDM requiere consultas con múltiples partes interesadas en las que participen agentes de los sectores público y privado (encuestas, entrevistas, investigación documental). Dichas consultas conducen a una serie de recomendaciones basadas en datos empíricos, dirigidas a ayudar a los encargados de la formulación de políticas y a los interesados en el desarrollo mediático a subsanar las deficiencias encontradas y a promover entornos propicios para la existencia de medios libres, independientes y pluralistas”, informó la SER.
Se trata de cerca de 100 indicadores estructurados en cinco categorías de análisis que buscan profundizar en asuntos como la existencia de un marco jurídico, político y reglamentario que proteja y promueva la libertad de expresión e información; si el Estado promueve activamente el desarrollo del sector mediático de manera que evite una indebida concentración y asegure la pluralidad y transparencia de la propiedad y el contenido entre los medios públicos, privados y comunitarios; y el grado de acceso otorgado a todos los sectores de la sociedad, especialmente los más marginados, para conseguir información y hacerse escuchar por los medios.
“Los IDM miden, entre otras cosas, si el lenguaje e idiomas que emplean los medios reflejan la diversidad lingüística de la zona de su público (en México existen 68 lenguas, incluyendo el español y más de 7 millones de personas hablan una lengua indígena), o si los medios comunitarios cuentan con las condiciones técnicas para llegar hasta las comunidades marginadas; si las organizaciones mediáticas reflejan la diversidad social mediante sus prácticas de empleo, por ejemplo, el número de mujeres que se encuentran en puestos de toma de decisiones y/o de dirección en comparación con el número de hombres; o bien, si los medios públicos tienen garantías específicas de independencia editorial y financiamiento apropiado y seguro para su operación; al igual que si las organizaciones de medios cuentan con políticas para proteger la salud y la integridad de su personal, o si todo su personal tiene acceso a medidas de protección social”, mencionó la Cancillería en un comunicado.
Asimismo, la UNESCO, basada en su experiencia de más de 30 años con el IPDC (el único fondo multilateral que moviliza recursos para discutir y promover el desarrollo de los medios), apoyará en el diseño, implementación y operación de un mecanismo para impulsar el periodismo de investigación en México con la intención de contribuir al debate nacional activo e informado, así como en la elaboración de estrategias para asegurar un ambiente saludable para el desarrollo de medios libres y plurales y fortalecer las capacidades de los periodistas.
A través del IPDC, la UNESCO ha movilizado más de 100 millones de dólares en más de mil 500 proyectos, alcanzando a más de 140 países. En México, se buscará consolidar un modelo que atienda directamente las demandas del ecosistema mediático nacional, con miras a ofrecer alternativas para la consolidación de medios plurales, libres e independientes, que contribuyan al fortalecimiento de los procesos democráticos y a la solución de los retos que enfrenta el país.