Un sujeto, quien ahora sabemos se llamaba William Augusto da Silva, de 20 años, secuestro un camión con 37 personas a bordo en Río de Janeiro, Brasil. Con una pistola de juguete, logró el que, según medios de información han comunicado, era su objetivo: pasar a la historia.
Un francotirador fue el que escuchó su deseo de ser recordado por su acto criminal, luego de que da Silva, quien contaba con antecedentes criminales, secuestró a las 5:26 hora local (3:26 Ciudad de México) un autobús que transportaba pasajeros entre el municipio de Sao Gonçalo, en la región metropolitana de Río de Janeiro, y el centro de la capital fluminense.
Durante tres horas y 36 minutos, el secuestrador hizo rehenes a 36 pasajeros y al conductor del autobús, aunque durante las negociaciones con las autoridades, liberó de forma intermitente a seis de las personas cautivas. De hecho, en algún momento se confundió a uno de los pasajeros que salía del autobús con el propio criminal, lo que generó confusión pero no desató ningún percance.
El secuestrador tenía bidones de gasolina y amenazaba con prender fuego al interior del vehículo. Su primer movimiento, fue ordenar al conductor que interpusiera el camión entre los dos carriles centrales del puente Río-Niterói, para obstruir el paso de los autos.
Circulan numerosos vídeos en internet en los que se observa como diferentes autoridades, pero sobre todo, el Batallón de Operaciones Especiales de la Policía de Río de Janeiro, fueron rodeando la escena de forma estratégica para aprehender al secuestrador.
Fue entonces que a las 9.02, hora local, un francotirador camuflado en un camión de bomberos disparó y logró abatir a William Augusto da Silva. Luego de que sonaron los disparos, se puede observar en los videos que circulan en la red, los policías comenzaron a celebrar. Minutos más tarde se confirmó que el criminal había sido abatido y que las 31 personas que mantenía como rehenes estaban fuera de peligro.