El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro acusó el miércoles a la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, de perturbar la soberanía de Brasil y en respuesta, reivindicó el golpe de Estado de Augusto Pinochet y criticó al padre de la ex presidenta de Chile, que fue torturado y muerto por el régimen instaurado en 1973, tras el derrocamiento de Salvador Allende.
El mandatario realizó las declaraciones este luego de una conferencia de prensa de la ex mandataria de Chile en Ginebra en la que alertó sobre una “reducción del espacio democrático” en Brasil debido a ataques contra defensores de la naturaleza y de los derechos humanos, situación que se agudizó luego de la crisis en la Amazonia.
“Señora Michelle Bachelet: si no fuera por el personal de Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre ellos a su padre, hoy Chile sería una Cuba”, agregó el presidente de Brasil.
Bolsonaro aseguró también en su cuenta de Twitter que Bachelet sigue la línea del presidente de Francia, Emmanuel Macron, al estar contra su país y sus valores; precisamente ha sido con el mandatario francés que el brasileño ha tenido mayores roces por la situación actual de la selva amazónica.
En medio de la presentación de su balance anual en Ginebra, Bachelet indicó que “entre enero y junio de 2019, sólo en Río de Janeiro y Sao Paulo, se nos ha informado de 1.291 personas asesinadas por la policía, un aumento del 12 al 17 por ciento comparado con el mismo periodo del año pasado”.
En 2011, la Comisión Valech que recibió e investigó nuevas denuncias en aquel tiempo, de violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado en la dictadura del general Augusto Pinochet entregó un informe de 60 páginas al entonces presidente chileno Sebastián Piñera que incorporó otras 9 mil 800 víctimas y 30 casos de personas desaparecidas o ejecutadas, las cuales se agregan a las que ya habían sido calificadas con anterioridad. La Moneda dio escasa visibilidad al tema, mientras que las organizaciones de las víctimas criticaron el alto número de denuncias que fueron rechazadas por la comisión, más de 22 mil, informó el diario El País.
“Esperamos que este informe de la comisión contribuya a la paz y la reconciliación”, sostuvo el ministro de Justicia, Teodoro Ribera según el propio medio de comunicación. Desde el reinicio de la democracia en 1990, el Estado chileno ha tenido cuatro comisiones diferentes para reconocer a las víctimas y otorgarles una reparación. En total, sumando los casos de detenidos desaparecidos, ejecutados, torturados y presos políticos reconocidos por estas comisiones -sin considerar los exiliados ni las familias de todos los afectados-, el número de víctimas de la dictadura de Pinochet supera las 40 mil personas, de ellas 3 mil 65 están muertas o desaparecidas entre septiembre de 1973 y marzo de 1990.