Luego de que el pasado jueves se anunciara el fallecimiento de Francisco Toledo, artista oaxaqueño de talla internacional, los homenajes no se hicieron esperar, y causaron diferentes percepciones.
Uno se montó en el Palacio de Bellas Artes para recordar al creador juchiteco, impulsó la creación de bibliotecas, de centros culturales en Oaxaca y fue un importante luchador social que enarboló batallas por los derechos humanos, la protección de las lenguas indígenas y los alimentos originarios de México.
En el vestíbulo del Palacio, se montó una pequeña exposición conformada por siete obras y una fotografía del maestro Francisco Toledo.
En paralelo a la exposición, se presentó el Coro de Madrigalistas que interpretó seis canciones de origen zapoteco, entre ellas “El feo”, la cual se dice le gustaba a Toledo, y “La Martiniana”, que recuperó, el poeta Andrés Henestrosa: “no me llores, no, no me llores, no, porque si lloras yo peno, en cambio si tú me cantas, yo siempre vivo, y nunca muero”.
Por otra parte, con una proyección de imágenes del artista en el Teatro Macedonio Alcalá de Oaxaca, se celebró un breve homenaje a Francisco Toledo, Sin embargo, hubo crítica ya que en el evento no se expresó ningún mensaje sobre el el juchiteco y duró sólo 5 minutos.
Después de las dos de la tarde, en el recinto cultural más importante de Oaxaca se dieron cita personalidades de la política y el ámbito artístico de la capital oaxaqueña. El evento lo encabezó gobernador Alejandro Murat, su esposa Ivette Moran, la titular federal de Cultura, Alejandra Frausto, la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez, y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL), Lucina Jimenez, se realizó una guardia de honor en el recinto.