A mitad del Siglo XX, existió un hombre de nacionalidad alemana que le demostró al mundo cómo el hombre es -diría Erich Fromm- su propio depredador. Aquél sujeto dejó claro que la inteligencia puede ser la mejor arma contra una sociedad, y la ignorancia, el peor enemigo de la misma. Excelente orador, meticuloso en sus actos, puso en el poder a uno de los genocidas más sanguinarios de los últimos tiempos.
Su nombre era Joseph Goebbels y es considerado uno de los personajes más influyentes de la propaganda moderna. Si bien es cierto que otros personajes, como Edward Bernays, aportaron mucho a este campo de estudio, Goebbels influyó de gran manera al poder de influencia que tenía Adolfo Hitler. Además, el gran aporte del alemán fueron once pasos para lograr una propaganda moderna, los cuales se identifican claramente en la política mexicana.
El Partido Acción Nacional (PAN) se fundó en 1939, como una respuesta de las clases altas a las políticas de masas y de apertura del mercado del entonces Partido de la Revolución Mexicana (hoy Partido Revolucionario Institucional). El PAN enarbolaba en sus principios las teorías del Nacional Socialismo, buscando proteger a los empresarios mexicanos; a la postre, por obvias razones, eliminaron de sus estatutos esas ideas, para no ser confundidos con los nazis, pero al parecer, se quedaron con la doctrina de Goebbels.
La famosa Operación Berlín, con la que “intelectuales” como Enrique Krauze, y políticos, orquestaron una guerra mediática contra el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, es un ejemplo de ello; sin embargo, de pronto surgen “noticias” falsas como la de este fin de semana, en la que medios de comunicación como El Universal, El Heraldo de México, La Silla Rota, entre otros, aseguraron que la gasolina iba a subir de precio cuando no era verdad, y eso nos hace sospechar de ciertos grupos de interés, como el PAN o montones de empresarios resentidos que quieren seguir en el uso de la propaganda, al mero estilo nazi.
“Adopta un enemigo único”, decía el propagandista alemán bajo el principio de simplificación. Unos 15 años el gran “enemigo” de México, según los medios de comunicación empresariales, se llama Andrés Manuel López Obrador, y cada cierto tiempo surge información sobre él que puede desmentirse de inmediato, y el problema es que, como el propio presidente dice: “la mentira no ensucia pero tizna”. Que si el presidente va a salir de portada en los libros de historia, que si vienen médicos cubanos, que sí ya somos tercer país seguro… En fin.
“Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en una amenaza grave”, estipuló Goebbels. En este caso no podemos adjudicar la autoría al PAN, pero sí podemos decir que existe una nueva cruzada por desprestigiar al Jefe del Ejecutivo, incluso con información de lo más ruin e inhumana, como utilizar la muerte de una niña que padecía cáncer para sacar raja política.
Sin embargo, gracias a Goebbels la magnitud de los hechos no importa: si se repite mil veces, por los medios adecuados, no importa la veracidad de los hechos, esto se convertirá en realidad. La percepción de la opinión pública no tiene que ser real, sino imaginaria a partir de lo que se aprecia en las redes sociales, en las pantallas, en lo que dicen esos personajes de “absoluta y comprobada moral”, que dirigen los noticieros y nos obligan a pensar como ellos.
No es difícil inferir que el panismo se oculta tras voces de comunicadores que se supone, son apartidistas, pero que se rentan para golpear a un proyecto presidencial que apenas tiene 9 meses de existencia, y resistencia, por qué no decirlo. Personajes como Vicente Fox y Felipe Calderón, han sido sorprendidos difundiendo mentiras en sus redes sociales y lo siguen haciendo, y lo siguen haciendo, y lo siguen haciendo y uno se pregunta: ¿no les da vergüenza que los tilden de mentirosos? Y pues la realidad es que, diría Goebbels, la mentira es tan funcional que por eso hay que usarla en las más oportunidades posibles.
Dicen los que saben de mercadotecnia política, que el pasado es piso firme, y francamente nuestro pasado, que no es una noticia falsa, refleja a un PAN, a un PRI, que destrozó un México que quizás ahora, logre levantarse… hasta Diego Fernández de Cevallos, acérrimo rival de López Obrador ya lo aceptó: en este gobierno hay una legítima intención de distribuir mejor la riqueza. Sin duda, es momento de ser más reflexivos con la realidad que con las mentiras.