“Voy a cumplir 73 años pero tengo la energía de un pibe de 20”, dijo el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva luego de 526 días de haber sido detenido; el líder político también confesó que tiene previsto vivir “hasta los 120 años” y que para eso, agregó, necesita tener “mucha fuerza” porque sino “la vida se transforma en algo aburrido”.
Sobre su reclusión y las acusaciones de corrupción de las cuales es señalado, mencionó: “Dios y yo sabemos que estoy con la verdad”, ante los reporteros del medio argentino Página 12, Nicolás Trotta y Gisela Marziotta, quienes luego de seis meses de trámites con la Justicia brasileña pudieron entrevistarse con el político brasileño.
“Yo sé por qué estoy acá. Estoy aquí condenado por un ex juez mentiroso, por un fiscal mentiroso y canalla y por algunos comisarios que me armaron causas mentirosas en mi contra. Podría no estar acá, podría haberme ido de Brasil. Pero vine acá porque tengo a cuatro personas que saben la verdad sobre estos juicios en mi contra: yo, Dios, el juez y los fiscales. Ellos saben que mienten”, aseguró Lula.
Asimismo, sobre la que es una injusta reclusión para él y un gran número de organizaciones políticas y sociales, el expresidente señaló: “El día que deje de creer en la Justicia, me pregunto qué es lo que voy a hacer. No porque un juez haya sido un canalla, no porque un fiscal haya sido un canalla, hay que juzgar a toda la justicia por causa de ese error”.
Y es que el medio brasileño Interceptión dio a conocer en junio pasado, tres informes en los que se demuestra la complicidad del actual ministro de Justicia Sergio Moro y el Fiscal de Brasil, Delta Dallagno, para impedir entrevistas al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva durante la pasada campaña electoral, esto para que las declaraciones del expresidente no beneficiarán a Fernando Haddad, candidato que pudo haber continuado con el proyecto de da Silva.
De acuerdo a los archivos revelados por el medio brasileño, tanto Moro como el fiscal Dallagno intercambiaron mensajes no sólo para evitar el papel político de Lula da Silva en los comicios, sino también se revelan discusiones internas y actitudes altamente controvertidas, politizadas y legalmente dudosas a la causa Lava Jato y en el juicio contra el político brasileño.
Siendo Página 12 un medio de Argentina, el exmandatario habló sobre la próxima contienda electoral de octubre en dicho país sudamericano’ “No aceptar el terrorismo que el mercado crea. Al mercado no le interesa el pueblo argentino, el mercado tiene interés en ganar dinero.
Al mercado no le preocupa si las personas pasan hambre, si las personas viven en las calles. El mercado quiere saber si hay rentabilidad. Y Fernández tiene que tener un compromiso con Dios y con el pueblo: no mentirle nunca al pueblo y gobernar prioritariamente para el pueblo trabajador y para el pueblo pobre argentino. Ese es el consejo que podría darle al compañero Fernández y a la compañera Cristina”, mencionó.
Y siendo las nuevas dinámicas de mercado lo que critica el propio Lula da Silva, señala que su verdadero crimen fue luchar contra el sistema que reprime a la sociedad: “Es decir, en verdad, el delito que cometí en este país, fue probarle a una elite brasileña políticamente canalla, que es posible que el pueblo coma lomo y bife de chorizo, que es posible que el pueblo pobre viaje a Bariloche, a Buenos Aires, a Miami en avión, que es posible que una persona tenga una casa, que es posible que una persona entre en una universidad, que es posible que una persona vaya a una escuela técnica y que es posible que una persona tenga acceso a la cultura, al esparcimiento, al teatro, al cine, a un restaurante”.
Asimismo, sentenció: “Ese fue el delito que cometí. Generar 22 millones de empleos en blanco. Aumentar en un 75 por ciento el salario mínimo. Poner a disposición 52 millones de hectáreas de tierra para hacer la reforma agraria. Hacer el mayor programa nacional de historia de Brasil y de entablar amistad con todos los países de América del Sur. Fue el momento de la cordialidad. Fue el momento en que nosotros no teníamos contiendas. Fue el momento en que soñamos: Kirchner, Lula, Chávez, Rafael Correa, Tabaré, Pepe Mujica soñábamos en construir un bloque económico fuerte, desarrollado tecnológicamente para que nosotros pudiéramos disputar la exportación de productos con valor agregado y no solo commodities”.
Lula da Silva hizo referencia también a Página 12, sobre los medios de comunicación y el poder que tienen para generar ambientes informativos que manipulan a la sociedad: “Nunca fui a almorzar o desayunar con el dueño de un periódico, de una emisora de televisión para pedir un favor. La única cosa que quiero y exijo es que ellos existan para informar bien a la sociedad, no para mentirle, no para construir mentiras. Y en Brasil se construyeron muchas mentiras. Si tenés en cuenta que el principal noticiero de Brasil de la televisión, según una encuesta hecha por una profesora de la Universidad Federal de Minas Gerais, en tan solo un poco más de un año, hay 80 horas, en el principal noticiero de esta televisora, hablando mal de Lula”, señaló.
Al respecto añadió además: “Y al mismo tiempo tiene más de 100 horas, transformando un juez mentiroso en héroe. O sea, ellos pensaban que la mentira iba a vencer. Y estoy aquí para decirles a ustedes: la verdad vencerá, cueste lo que cueste, tarde lo que tarde, pero el pueblo brasileño va a saber la verdad y que esas personas que me acusaron no tienen moral. Hicieron uso de la justicia para hacer política y el principal objetivo era impedir que Lula volviera a ser presidente de la República de este país. Y que el PT ya no pueda ganar más las elecciones. Es eso, el mismo odio que ellos tenían a Kirchner y que tenían a Cristina”.
Finalmente, sobre si planea llegar nuevamente a la presidencia, Lula da Silva sentenció a Página 12: “Tengo conciencia que mi rol ahora es contribuir para que otras personas, más jóvenes que yo, con más energía que yo, con más ganas que yo… Con más ganas no creo. Pero otras personas, Brasil tiene muy buenas personas. Hay varios gobernantes interesantes, hay gente nueva en la política. Yo espero que Brasil no me necesite. Espero que tengamos nuevos cuadros, nuevas mujeres, nuevos hombres para poder participar de un proceso electoral”.