Gobierno se disculpa con Martha Camacho, exmilitante de la Liga Comunista 23 de septiembre

“A nombre del Estado mexicano les ofrezco una disculpa pública por la transgresión a sus derechos en el marco de las violaciones graves, generalizadas y sistemáticas a derechos humanos ocurridas en un contexto de violencia política del pasado en el periodo histórico conocido como Guerra Sucia”.

Estas fueron las palabras de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, dirigidas a Martha Alicia Camacho Loaiza, ex integrante de la Liga Comunista 23 de septiembre, en las que ofreció una disculpa pública por la tortura a la que fue sometida durante la Guerra Sucia, y por la desaparición forzada de su esposo, Manuel Alapizco Lizárraga, además de su ejecución extrajudicial.

En el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, Sánchez Cordero elogió la lucha de Martha Alicia Camacho para lograr el acceso a la verdad y la justicia por más de 40 años.

“Les ofrezco una disculpa pública por el daño a la imagen, el honor y a la dignidad en agravio de su familia, derivadas de la criminalización realizada en su contra por diversas instituciones del Estado mexicano”, añadió la secretaría de Estado durante el discurso.

De acuerdo con Sánchez Cordero, el pasado 7 de febrero de 2013 se notificó el no ejercicio de la acción penal por la supuesta prescripción de los delitos de privación ilegal de la libertad y allanamiento de morada, razón por la cual la desaparecida Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado cayó en importantes omisiones durante la investigación que se realizó en ese entonces.

La secretaría de SEGOB aseveró que bajo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se implementarán programas para prevenir y sancionar la tortura, por lo que la disculpa pública que ofreció a Martha Alicia Camacho Loaiza es un proceso de reconciliación nacional y de paz social.

Por su parte, Martha Alicia Camacho señaló que es necesario hacer justicia si se quiere sanar verdaderamente al país, por lo que lamentó la no asistencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, porque precisamente fueron militares quienes violaron sus derechos humanos, los de su esposo y los de su hijo.

“La Sedena perdió una gran oportunidad para reconocer las atrocidades que cometieron en esa época, reconocerlo sería mutar hacia el fortalecimiento de esa institución”, fueron parte palabras de su discurso.

La ex militante de la Liga Comunista 23, espera que su experiencia y este acto puede abrir la puerta para que otras familias sean reparadas y que la ceremonia no quede sólo en una disculpa, ya que considero que falta mucho por hacer.

“Lo que me sucedió fue un infierno que como mujer se vive peor. No me cortaron las alas. Me tuve que levantar y permanecer de pie con orgullo, igual que las palmeras después de la tormenta. Ahora el Estado reconoce su responsabilidad. Con más ganas, con más fuerza, voy a seguir pidiendo justicia”, expresó.

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