La marcha convocada por los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa para exigir justicia a cinco años de la desaparición forzada de éstos en Iguala, Guerrero, transcurría pacíficamente hasta que un grupo de encapuchados comenzaron a romper los vidrios de un restaurante sobre Reforma.
Durante su recorrido atacaron el edificio de la Secretaría de Bienestar, golpearon a reporteros, quemaron una chamarra, atacaron una librería y doblaron y saltaron las tapias de los monumentos para pintarlos con aerosol desde la glorieta de la palma y hasta el Zócalo capitalino, donde pintaron el número 43 en la puerta de Palacio Nacional y la golpearon con palos.
Uno de los padres de los normalistas aprovechó el micrófono para llamar a la calma, “no es el momento de hacer desmanes, hay niños y amas de casa que nos acompañan, les pedimos que se integren”, dijo.
Vidulfo Rosales, abogado de los padres, condenó la violencia y expresó que se trata de personas que quieren descarriar las protestas, “nos deslindamos de estos actos de vandalismo”, dijo y pidió resguardar a los familiares.
Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de México aseguró a través de un comunicado que el grupo de encapuchados estaba formado por cerca de cien personas que se mezclaron entre los contingentes para realizar “destrozos en comercios y vía pública”.
Debido a su comportamiento la Unidad Táctica de Auxilio a la Población de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) se colocaron alrededor del resto de la población en distintos puntos para protegerlos. La SSC en conjunto con la Procuraduría General de Justicia ya comenzaron las investigaciones para dar con los responsables.
“Esta ciudad se ha caracterizado por tener movilizaciones pacíficas, por ello reprobamos los destrozos de un grupo minoritario que no representa al movimiento, el cual públicamente condenó y se deslindó de la violencia”, dice el documento.
El resto de los contingentes conformados por padres de familia, niñas y niños, estudiantes de preparatorias y CCH de la UNAM acompañados por sus maestros; así como alumnos de las facultades de Medicina, Ciencias Políticas, Ciencias y Filosofía y Letras de esa casa de estudio; de los distintos planteles de la Universidad Autónoma Metropolitana; de la organización Amnistía Internacional y colectivos feministas, marcharon pacíficamente con pancartas, consignas y batucadas.
