De acuerdo con información del periódico Reforma, en 2017, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), órgano dependiente de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), extravió 53 millones de pesos en diamantes, piedras preciosas y semipreciosas incautadas a Apel Çelik, un empresario turco sentenciado en su país por la quiebra fraudulenta de un banco e identificado en México como un contrabandista que vendía diamantes y piedras preciosas en establecimientos de Cancún, Cozumel y Playa del Carmen.
Según la información, que cita documentos ministeriales, la Seido incautó en 2014 cuatro mil 569 joyas y diamantes en distintos locales comerciales ubicados en la Riviera Maya, con un valor de 185 millones 431 mil 525 pesos.
Como parte de estas investigaciones, en diciembre de ese año el Servicio de Administración Tributaria (SAT) embargó los establecimientos propiedad de la Inmobiliaria Principio Maya, Lapis Diamante, Sondik Maya y Lapis Mahahual. Y una semana después, la PGR realizó un cateo en la joyería Jewerly Factory Lapis, ubicada en Puerto Aventuras, donde logró el aseguramiento de las piezas de joyería por un valor estimado en 53 millones de pesos.
Sin embargo, en 2017, Érika Paola Avilés Demeneghi, Guadalupe Demeneghi Morales y Julián José Betancourt Turriza, presuntos cómplices Çelik, reclamaron la devolución de las joyas y se comprobó que se habían extraviado de la bóveda de seguridad de la Seido.
Pero, en junio de 2017, la Unidad Especializada en Análisis Financiero (UEAF) llevó a cabo una inspección física en las instalaciones de la SEIDO, y se constató la presencia de los objetos asegurados en diciembre de 2014, mientras que los embargados el 23 de diciembre no fueron localizados.