AMLO acusa manipulación mediática en caso Culiacán; reporteros lo confrontan

Un pequeño conflicto entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y los reporteros que cubren las “mañaneras” tuvo lugar este jueves cuando el mandatario exhibió una foto falsa del periódico La Jornada, considerado uno de los más cercanos a la actual administración, en donde aseguraron que Ovidio Guzmán López había sido vestido con un uniforme militar para ser desplazado y lograr su liberación.

Con un micrófono inalámbrico, AMLO enseñó una imagen recortada del medio y la desmintió. Y, aunque omitió su nombre, se pudo identificar por la tipografía y el diseño de la página que se trataba de La Jornada nacional, periódico que él mismo ha calificado como cercano a la Cuarta Transformación.

Ante esto algunos reporteros que asisten a las ruedas de prensa matutinas rompieron el protocolo y se lanzaron a gritar preguntas mientras el mandatario hacía alusión a los medios de comunicación que “torcieron” las noticias durante el operativo de Culiacán, poco antes de que el gabinete de seguridad saliera a dar el primer informe. Además de La Jornada, hubo menciones a noticias falsas de Proceso y Televisión Azteca.

En el caso de Televisión Azteca, en un intercambio con un reportero AMLO hizo alusión a la noticia falsa que difundieron sobre que el gobierno federal había negociado con miembros del grupo delictivo la liberación de Ovidio, lo cual fue desmentido pocos días después de los hechos y una vez más ayer, en el informe pormenorizado.

Indignados, el gremio reporteril reclamó al mandatario el silencio en el que se mantuvo el gobierno federal cuando se suscitaron los hechos. “Vacío informativo”, rumoreó alguien. Asimismo, acusaron que el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, mintió cuando dio la primera versión sobre el operativo, pues dijo que se trató de una labor de patrullaje cuando se suscitó el enfrentamiento con las fuerzas del Cártel de Sinaloa.

Previo a este encuentro el Presidente ya había sido cuestionado por una periodista de Proceso y una de Pie de Página, quien lo cuestionó por los megaproyectos que plantea la actual administración y el supuesto impacto negativo que tendrían en las comunidades indígenas. “No somos iguales”, dijo el mandatario en alusión a las administraciones anteriores y sin profundizar en el tema.

En ese sentido, reiteró que los medios de comunicación usaron el amarillismo y la ficción para informar sobre los hechos violentos en Culiacán. En broma, también señaló que hasta esperaba que saliera una serie en Netflix, una de las plataformas de entretenimiento más importantes del mundo y que ha dado cabida a muchas producciones sobre en narcotráfico.

Frente a la imagen de la Jornada, AMLO expresó: “Es que esto es importante destacarlo. Porque ya basta de manipulación. Claro que vamos a garantizar las libertades hasta el exceso, pero también no se puede estar apostando a la manipulación”.

“La diferencia entre lo que estamos haciendo ahora y lo que se hacía antes es que antes eran mentira sobre mentira. Y se seguían. Y nosotros tenemos aquí el valor de decir: ‘nos equivocamos’. Y se rectificó. Y lo más importante de todo, eso no lo van a reconocer nuestros adversarios y sus voceros, y mucho menos los que tienen mentalidad autoritaria. Lo más importante de todo es que se puso por delante la vida de las personas. Se cuidó a la gente y se evitó una masacre”, añadió el mandatario, en respuesta al comentario sobre Alfonso Durazo.

Las preguntas continuaron a tropel rompiendo el orden establecido de la “mañanera”. Un reportero insistió en que “alguien” le había mentido a Durazo sobre la información que dio la noche del jueves. AMLO, por su parte, aclaró que se dio esa información porque esos fueron los reportes que recibieron al comienzo de los hechos, los mismos que posteriormente dieron a la ciudadanía y que más tarde rectificaron.

“Son asuntos muy serios que requieren de responsabilidad y no se puede por el amarillismo el poner en tela de juicio una acción tan importante que es un parteaguas en lo que era una política autoritaria, que nunca fue cuestionada por los medios, con honrosas excepciones, que fue aplaudida por los medios; una política que desató la violencia en México porque se declaró una guerra y causó miles de muertos y convirtió a México en un cementerio”, finalizó el Presidente.

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