El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró esta mañana que darle asilo político a Evo Morales tras el golpe de estado en Bolivia enaltece a México y reafirma la actitud generosa y fraterna con otros pueblos que el país ha sostenido a lo largo de la historia.
Tras ser cuestionado nuevamente sobre las condiciones del refugio y los derechos de Evo Morales en suelo mexicano, el mandatario leyó el artículo 11 constitucional que dice: “Toda persona tiene derecho a buscar y recibir asilo. El reconocimiento de la condición de refugiado y el otorgamiento de asilo político, se realizarán de conformidad con los tratados internacionales. La ley regulará sus procedencias y excepciones.”
El mandatario también hizo referencia al Convenio sobre asilo diplomático de Venezuela adoptado en Caracas en 1954 y ratificado por el gobierno mexicano el 6 de febrero de 1957.
Esta convención estipula en el artículo VI que “se entienden como casos de urgencia, entre otros, aquéllos en que el individuo sea perseguido por personas o multitudes que hayan escapado al control de las autoridades, o por las autoridades mismas, así como cuando se encuentre en peligro de ser privado de su vida o de su libertad por razones de persecución política y no pueda, sin riesgo, ponerse de otra manera en seguridad.”
López Obrador reiteró que se actuó conforme a la política exterior de México y se respetó el derecho, tanto local como internacional. Además dijo que los cuestionamientos sobre la estancia de Morales le parecen parte de una postura conservadora.
“Que si habla Evo, que cuánto cuesta darle protección y sustento, todo eso con todo respeto es secundario, no es esencial, todo ese tipo de cosas está muy cercano a la mezquindad y eso no es lo que representa México”, aseguró.
Asimismo, reiteró que que la postura es defender los derecho humanos que la protección a perseguidos políticos se ha puesto en práctica con integrantes de comunidades judías, libanesas y españolas. Puso como ejemplo a los argentinos y chilenos que llegaron al territorio debido a los golpes de estado y dictaduras en la década de los setenta.
“¿Cuántos de nosotros que estudiamos en ese entonces no tuvimos maestros de Argentina, de Chile, de Bolivia, de Ecuador que llegaron refugiados?”