El medio estadounidense Courier Journal documentó durante nueve meses la expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en 35 estados de Estados Unidos y Puerto Rico.
De acuerdo con los periodistas, el grupo delictivo que encabeza el narcotraficante Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, el más buscado por la Administración para el Control de Drogas (DEA, en inglés) tras la captura de “El Chapo” Guzmán, controla, en tan sólo cinco años, las rutas de drogas a través de la frontera, opera con una estructura militar disciplinada y con millones de dólares que procesan con sofisticadas técnicas de lavado de dinero.
Como parte del recorrido devastador del fenómeno del narcotráfico, Courier Journal documentó los testimonios de padres con hijos fallecidos por la adicción al fentanilo, uno de sus principales narcóticos; así como de vendedores de drogas y miembros del CJNG que partieron de México abandonando a sus familias para ser el vínculo de sus secuaces del otro lado de la frontera. Se trata de un acercamiento la crisis de la adicción que ha provocado 300 mil muertes desde 2013 en el país norteamericano.
Los investigadores señalan que si bien el Cártel aún no logra un asentamiento completo en los 50 estados de EU, ya ha tomado el control de pequeñas ciudades y pueblos donde recluta elementos sin distinciones por las etnias o la nacionalidad e inunda las calles de drogas como metanfetaminas, heroína, cocaína y fentanilo. Según los cálculos de la DEA, consignados en la investigación, al mes entran 5 toneladas de cocaína y 5 toneladas de metanfetamina a un ritmo que no parece desacelerar.
En uno sólo de estos sitios, Kentucky, los servicios de salud reportaron que el 52% de las muertes por sobredosis son producto del fentanilo, droga que suministra el grupo delincuencial.
Asimismo, reportan la existencia de dos docenas células bien asentadas a lo largo de territorio estadounidense y las cuales han sido identificadas por la DEA. Dada la política migratoria de cero tolerancia que encabeza el gobierno de Trump, los líderes de Cártel reclutan y coaccionan a los migrantes mexicanos que ingresan ilegalmente para trabajar bajo sus órdenes, así como a comerciantes en situaciones difíciles o grupos en vulnerabilidad. Uttam Dhillon, administradora interina de la DEA, declaró al medio que aunque el nombre de “El Mencho” aún no es conocido como en México, la presencia de su grupo es un “peligro claro, presente y creciente”.
Asimismo, mencionan que su camapaña de terror digital (que incluye decapitaciones, baños en ácido, canibalismo y desmembramientos grabados) es uno de sus principales métodos de control y de la expansión del miedo al Cartel entre consumidores y colaboradores.
Actualmente, contratan a miembros que puedan mezclarse sin dificultad en las comunidades donde radican, sin importar la raza o la nacionalidad. “Si viene de un cártel, podrían haber vendido una libra a asiáticos, negros, pandillas de motociclistas al margen de la ley”, declaró el teniente Jeremy Williams, de la Oficina del Sheriff del Condado de Ashe en Carolina del Norte, uno de los sitios que han sufrido el impacto de las adicciones. Señaló que el Cártel tienen más de 5 mil miembros en todo el mundo con el objetivo de controlar todo el mercado de drogas.
En Hollywood cerca de Sunset Boulevard, en suburbios bordeados de aceras en Cairo, Illinois; en Johnson City, Tennessee; en honky-tonk del centro de Nashville y Kansas City, Missouri, los altos mandos del CJNG han adquirido condominios de lujo, se incorporan a las comunidades y operan con impunidad.
Otros funcionarios, quienes se mantienen en el anonimato, señalan la existencia de leyes vulnerables en cuanto al tráfico de armas, lo que ha permitido que Estados Unidos abastezca de armamento a los elementos paramilitares de El Mencho, mientras él, del lado contrario, suministra toneladas de drogas a los Estados Unidos.
En ese sentido, El Mencho forma parte de los primeros eslabones producto de la evolución de los grupos delincuenciales, pues tras su paso por el Cártel del Milenio, donde se desempeñó como jefe de sicarios, creó su propia célula delictiva, a cuyos elementos dio entrenamiento paramilitar en campos especializados en un modelo similar al del Cártel de Sinaloa y los Zetas. Según documentos oficiales, los que intentaban huir de dichos sitios eran torturados, asesinados y a veces canibalizados por compañeros reclutas en ritos de iniciación.
Con tentáculos que han alcanzado Australia, Estados Unidos, Europa y Japón, en México, su sitio de origen, El Mencho tiene operaciones en los 32 estados de la República. La primera ocasión en que lo intentaron detener, en el año 2015, sus efectivos lanzaron granadas, gasolina y dispararon hasta evitar la detención y asesinar a quince policías.
En la segunda ocasión, y como parte de un operativo secreto, el Cártel reveló su capacidad armamentista al derribar un helicóptero de las fuerzas federales. Dispararon un lanzagranadas propulsado por cohetes de fabricación rusa, lo que provocó la muerte de ocho elementos. “Cuando dispararon el helicóptero desde el cielo fue cuando todos respetaron a CJNG como un cártel poderoso y un rival de Sinaloa”, dijo una de las autoridades entrevistadas por el medio, miembro de la DEA. Otra autoridad que permanece en el anonimato, veterano oficial de Jalisco, dijo que atrapar a El Mencho es complicado ya que tienen en su nómina a elementos municipales, federales y estatales.
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