Este fin de semana, se celebró la XVII Cumbre del la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), donde Jefes de Estado de América Latina y el Caribe se reúnen para refrendar su repudio al imperialismo y estrechar relaciones tanto políticas como económicas.
En su documento final, los Estados miembros destacaron su repudio a la Doctrina Monroe y enaltecieron la iniciativa de los pueblos por recuperar los espacios robados por los Estados Unidos en América Latina. Asimismo, rechazaron que los gobiernos progresistas de la región estén detrás de las manifestaciones multitudinarias en países como Chile, Colombia o Ecuador.
Además, el documento expresa la animadversión contra la el golpe de Estado en Bolivia, así como los intentos por desestabilizar al gobierno sandinista de Daniel Ortega en Nicaragua. A esto, se suma la molestia general por los intentos de aislar a Cuba con su famoso bloqueo económico.
En la gala de clausura, celebrada el 15 de diciembre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, destacó el trabajo integracionista de la organización en la región, “ha sido maravillosa la idea de venir con las reflexiones, con la energía y el espíritu de la juventud cubana a claustrar esta Cumbre de los países de la ALBA”, indicó agregó.
“Hemos decidido relanzar con mucha fuerza para el primer semestre del año 2020 el proyecto de Petrocaribe, la Misión Milagro y ALBA Cultural (…) el ALBA ha demostrado tener la capacidad práctica de impactar en la vida de nuestros pueblos”, indicó el jefe de Estado venezolano según TeleSUR.
Por su parte el ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, resaltó el papel protagónico de los jóvenes y reiteró que el ALBA representa la opción más cercana de unidad, “este mecanismo de integración estás a la vanguardia de la unificación de los movimientos progresistas de las civilizaciones”, agregó.
“El imperialismo constituye la antítesis de este mecanismo de integración, por ello ALBA-TCP se encuentra en la vanguardia de batalla contra el imperialismo y en correspondencia con esto, los países reunidos representan lo mejor de la región (…) hacemos una llamada más amplia contra el imperialismo y el neoliberalismo”, aseveró Gonsalves.
Finalmente, el jefe de Estado de Cuba, Miguel Díaz-Canel, recordó la importancia de la organización ante las agudizadas agresiones por parte de los Estados Unidos contra Venezuela, así como su propósito injerencista de activar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), “nunca antes se ofendió tanto la democracia, hablando de ella mientras se pisotea”, agregó.
El jefe de Estado cubano expresó su solidaridad con Nicaragua y al ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, así como lamentó los centenares de fallecidos en Colombia, Chile y Bolivia, “Cuba ratifica su apoyo y solidaridad con el compañero Evo Morales”, añadió.
En su cuenta de Twitter, el propio Evo Morales expresó al respecto: “Nuestro agradecimiento al ALBA-TCP que respalda a nuestra #RevoluciónDemocráticaYCultural y repudia el golpe de Estado, la represión contra el pueblo y la persecución política de dirigentes de movimientos sociales y autoridades del #ProcesoDeCambio”.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) es una plataforma de integración de los países de América Latina y el Caribe, con énfasis en la solidaridad, la justicia y la cooperación. Sus miembros fundadores, en 2004, fueron Cuba y Venezuela, gobernados por Fidel Castro y Hugo Chávez, respectivamente.
A este bloque regional, se han sumado Bolivia (2006), Nicaragua (2007), la Mancomunidad de Dominica (2008), Honduras (2008, hasta que el presidente de facto Roberto Micheletti decidió abandonar el ALBA en 2009), Antigua y Barbuda (2009), Ecuador (2009, aunque el Gobierno de Lenin Moreno pidió salir del organismo en 2018), San Vicente Las Granadinas (2009), Santa Lucía (2013) y San Cristóbal y Nieves (2014).
De alguna forma, el ALBA, fue una respuesta al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), fundada en Miami, Estados Unidos, en 1994, una iniciativa regional que incluía la venia de países como Estados Unidos y Canadá, por lo que se inferia, era de un corte imperialista.
