El 2020, marcará el segundo año para la llamada 4ta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador. En tan sólo 365 días, el mandatario cumplió 89 de sus 100 compromisos de campaña, y aunque el balance es sin duda positivo, aún restan algunos pendientes en la agenda presidencial.
Durante el informe que rindió el pasado primero de diciembre, el Jefe del Ejecutivo, explicó que uno de sus más grandes retos sigue siendo la seguridad en nuestro país. “La disminución de la incidencia delictiva en el país constituye nuestro principal desafío, pero estamos seguros de que vamos a serenar a México con el apoyo del pueblo y con el trabajo coordinado de todo el gobierno, con perseverancia, profesionalismo, honestidad y, sobre todo, con acciones guiadas por el principio de que la paz es fruto de la justicia”, dijo López Obrador en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México.
Asimismo, y aunque se libró la recesión en un estancado escenario internacional, la economía representa otro factor pendiente para la administración actual, pues pese a la estabilidad del peso con relación al dólar y la baja inflación, dijo el mandatario aquel primero de diciembre: “Todavía no ha habido crecimiento económico como deseamos, pero existe una mejor distribución de la riqueza. El presupuesto público no se queda, como era antes, en pocas manos, si no llega a la mayoría de la gente”.
Otros enormes temas que se encuentran en la agenda pública son los más grandes baluartes de la 4ta Transformación en materia de infraestructura: el Tren Maya, el Aeropuerto internacional Felipe Ángeles en Santa Lucía, y la Refinería de Dos Bocas.
Quizás de esta lista de tres mega proyectos, el más complejo será el Tren Maya, debido a que se enfrenta a dos temas sensibles: el cuidado que se deberá tener con los recursos naturales durante su construcción, y la aprobación de 25 por ciento de comunidades originarias consultadas y que no estuvieron de acuerdo con su desarrollo. Veremos su el presidente López Obrador y compañía, logran convencer a la población local del detonante económico que esta obra significa para la región.
Un pendiente que surgió apenas hace unos días pero que sin duda marcará la administración de Andrés Manuel López Obrador, será la tensión en las relaciones con Bolivia, país gobernado en este momento por un gobierno de facto que derrocó a través de un golpe de Estado al líder indígena, Evo Morales Ayma.
La recepción como asilado político que el gobierno de López Obrador hizo para con Morales, ha causado inconformidad en la administración de Jeanine Áñez, al grado de hostigar la sede diplomática de México en Bolivia, más aún cuando nuestro país ha recibido ahí a otros perseguidos por el régimen de facto.
México, al tener una tradición diplomática de primer nivel, tendrá en la figura del Canciller, Marcelo Ebrard, la encomienda de sor bien librado de un conflicto que, ha dicho el propio gobierno, puede ir a la Corte Internacional de La Haya, por la violación a los acuerdos diplomáticos de Viena.
Y ya en el tema internacional, no podemos olvidar que vivimos en un mundo globalizado en el cual todo se conecta y afecta a los Estados en su totalidad. Es innegable, por ejemplo, que las elecciones de noviembre del 2020 en Estados Unidos, así como el posible juicio político Donald Trump, presidente de dicho país norteamericano, serán un enorme pendiente para el planeta entero.
Asimismo, el Brexit, que puede llevarse a cabo el próximo 31 de enero, es un tema que afectará las economías mundiales, así como la dinámica natural de la Unión Europea. Con Boris Johnson, se derecha, en el poder, y un legislativo que le da mayoría, uno de los países más grandes de Europa podría marcar la agenda del próximo año, ante el reformismo de Emmanuel Macron, presidente francés, o el estancamiento de la economía alemana.
En cuestiones económicas se encuentra el posible acuerdo entre China y Estados Unidos, para frenar la guerra de aranceles, pero también las críticas al sistema neoliberal en América Latina. Sin duda, este 2020 que viene, estará plagado de inconformidad, protestas, una nueva Constitución en Chile, y países como Colombia, Ecuador y Bolivia que buscarán un cambio social mediante manifestaciones multitudinarias.
