Tras más de cuatro horas sobrevolando Madrid para quemaba el combustible de sus depósitos, en aras de evitar una catástrofe, un avión de Air Canada que sufrió este lunes daños en su tren de aterrizaje y en un motor, logró efectuar finalmente un aterrizaje de emergencia sin incidencias y sin heridos entre sus 128 pasajeros.
El Boeing 767-300 había despegado de la capital madrileña rumbo a Toronto (Canadá) a las 14.33 horas y, tras media hora de vuelo, la tripulación se percató de que había sufrido un incidente en el despegue que había dañado uno de los diez neumáticos que forman parte del tren de aterrizaje.
Un caza F-18 del Ejército español ha acompañado durante la parte final del vuelo a la aeronave para observar los daños desde fuera, como parte de un procedimiento habitual en este tipo de casos. Además, el aeropuerto de Bajaras suspendió las actividades en su espacio aéreo al menos hora y media para evitar accidentes.
Mientras, en tierra, Madrid 112 movilizó a seis dotaciones de bomberos de la Comunidad de Madrid y otras tantas del Ayuntamiento de la capital, además de personal sanitario del servicio municipal y regional de urgencias (Samur y Summa) en previsión de que se pudiera producir algún problema en el aterrizaje de emergencia.
Según el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aérea (Sepla), el aparato perdió piezas del tren de aterrizaje, que entraron en el motor izquierdo provocando daños, retrató el medio de comunicación 20 minutos.
Tas detectar los problemas técnicos, el piloto decidió volver a Barajas cumpliendo el protocolo, por lo que voló varias horas quemando el combustible de la aeronave para reducir su peso, haciendo más seguro el aterrizaje.
El director de operaciones de Enaire, Xavier Benavent, explicó que los aterrizajes de emergencia son muy habituales, con incluso más de uno por semana en la navegación española aunque suelen pasar desapercibidos, y solo algunos son «mediatizados» y no por motivos sobre la gestión aérea, añade 20 minutos.
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, supervisó la operación y se desplazó al aeródromo, donde ya se encontraban la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, María Paz García Vera; el consejero de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López, y el director de la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112, Carlos Novillo.
Una vez se hubo quemado el combustible necesario, el avión de Air Canadá, inició la maniobra de aterrizaje y tocó tierra sin incidencias a las 19.07 horas. Los pasajeros tuvieron que permanecer en el interior del avión durante casi dos horas más, mientras varios técnicos analizaban el estado de la aeronave y barajaban cual era la forma más idónea de evacuarlos. Finalmente, pudieron abandonar el Boeing 767-300 por la habitual escalerilla de desembarque
Ábalos felicitó “por su pericia” al piloto y la tripulación del avión y a los integrantes del dispositivo establecido por su “enorme trabajo” durante la jornada. La delegada de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, celebró que no hubiera sido necesaria la intervención de dichos dispositivos y el Ayuntamiento de Madrid, que se mantuvieron en Barajas hasta el desembarque para confirmar que todos los pasajeros estuvieran “perfectamente”.