Mateo Peraza
El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, precisó que una falla mecánica, mantenimiento inadecuado y falta de supervisión de la dirección General de Aeronáutica Civil, provocaron la caída del helicóptero en el que perdieron la vida la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, su esposo, Rafael Moreno Valle, y tres personas más.
En rueda de prensa en Palacio Nacional, Espriú presentó el informe final sobre el accidente, compuesto a partir de las indagaciones en las que participaron diferentes agencias extranjeras y empresas constructoras de la aeronave.
De acuerdo con el informe final, se descarta como línea de investigación el sabotaje o que hayan fallado componentes esenciales del helicóptero; sin embargo, destacó que los actuadores lineales del alabeo del sistema de estabilidad Número dos ya había sido reparados y se tenía conocimiento de que seguían presentando fallas.
Detalló que esto se reportó desde el 13 de diciembre de 2018, según las bitácoras, pero la empresa continuó operando la aeronave.
“El actuador lineal tenía dos tornillos sueltos, lo que provocaba un desplazamiento no comandado”, dijo.
Explicó que el contacto de uno de estos tornillos con la tarjeta electrónica que los controla permite un desplazamiento no comandado del helicóptero. Por lo tanto, “la causa probable del accidente es la pérdida de control del helicóptero por un lado repentino hacia la izquierda que no fue controlado por el piloto al mando”, señaló.
“Se pudo determinar que el alabeo repentino hacia la izquierda se debió posiblemente a que ambos actuadores lineales de alabeo se extendieron de manera simultánea sin haber sido comandados”, reza el informe presentando por las autoridades.
Además, mencionó que no existen reportes de que se haya desprendido alguna parte del helicóptero, es decir, que haya salido volando y caído al suelo, pero sí testigos que declararon haber visto que giró hacia la izquierda bruscamente antes de caer e impactar con el terreno.
Así, se atribuyó el accidente a falta de mantenimiento, falta de cultura de seguridad del taxi aéreo, una decisión inadecuada de continuar realizando vuelos teniendo conocimientos de un mal funcionamiento del alabeo sin apego a la lista de equipo mínimo, insuficiente supervisión, entre otros aspectos.
“El helicóptero debió estar en tierra, no en aire. Tuvieron varios meses de conocimiento sobre estas dificultades”, concluyó.
Por su parte, Carlos Alfonso Morán Moguel, subsecretario de Transportes, pormenorizó la posición de los tornillos que generaron el fallo. Explicó que estos tenían como función mantener la estabilidad del helicóptero.
Asimismo, presentó las cronología de la investigación documental, por la que se supo sobre el mal funcionamiento de estas piezas desde el año 2017.