Raquel Sosa, coordinadora del programa de Universidades para el Bienestar Benito Juárez, presentó los avances que esta iniciativa ha tenido desde que inició el gobierno de la Cuarta Transformación. Ya son más de 25 mil alumnos en zonas indígenas y de alta marginación que pueden continuar sus estudios.
Las Universidades Benito Juárez cuentan con cien sedes y ofertan 36 carreras con seis aéreas de conocimiento en 31 estados de la República. Actualmente, se registran 25 mil 501 estudiantes que son atendidos por 815 docentes y son parte de un órgano descentralizado que depende de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
A través de videos documentales de las actividades de las universidades en zonas rurales, algunos testimonios expresaron: “Un alumno preparado es una luz en la oscuridad (…) nuestros hijos preparados van a poder ayudarnos a salir adelante”. Asimismo, los beneficiarios aseguran que estos planteles son un detonante económico y social para la zona donde se encuentran.
Desde Palacio Nacional, Sosa indicó que el Programa surge para dar educación a personas que tienen certificado de bachillerato pero que han sido excluidos del derecho de estudiar para hacer su vida más digna y mejor.
La funcionaria explicó que desde agosto de 2018 que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el Programa de Universidades se recibieron muchas solicitudes, por lo que se hicieron estudios para valorar la exclusión de las comunidades y por ende la necesidad pertinente de un plantel en su zona. “Aquellos que no han podido estudiar, pidieron una universidad como una posibilidad de desarrollo para sus hijos y nietos. Las comunidades reciben a los estudiantes y se adaptan a la vida productiva del país”, sentenció.
Por ser zonas muy específicas con tradiciones y raíces indígenas, Sosa indicó que tienen “una relación de inmenso respeto con las comunidades” y se prioriza en la construcción de los planteles “la necesidad de un desarrollo que no envenene, que podamos tener otras formas de energía, que el patrimonio histórico, social y biocultural de México se enaltezca, que los procesos agroalimentarios sean enriquecidos”, entre otros factores de desarrollo, así como la priorización de la salud para todos. “Que no nos falte un médico, una clínica cuando la necesitamos”, sentenció Sosa.
En algunas escuelas incluso para construir los planteles, se realizan ceremonias indígenas para pedir permiso a la tierra. Al edificar las universidades, también se realizan procesos de aprendizaje en las técnicas de construcción que priorizan el uso del agua de lluvia, los beneficios del viento, la orientación del inmueble, etc.
“En el caso de los estudios sociales hicimos una combinación que son de utilidad social, desde cuestiones agropecuarias, administración pública, entre otras”, en referencia a la elaboración de los las áreas de conocimiento impartidas.
En tanto, la creación de planes y programas de estudio, está basada en lo que requieren las comunidades receptoras del programa, dijo Raquel Sosa. Asimismo, indicó que al menos 36 mil profesores llegaron a la convocatoria de los que se conformó un equipo que entiende “que debe estar dónde se les necesita”, pues las condiciones implican que muchos profesores deban desplazarse a comunidades rurales del país.
Por otra parte, fueron 25 mil alumnos registrados, pese a que no todos contaban con los medios digitales para ingresar a la convocatoria. Sin embargo, ya todos los matriculados, indicó la funcionaria, cuentan con seguro social aunque deben tomar sus clases en planteles prestados por la SEP. “Urge construir planteles propios de las universidades”, indicó la coordinadora del Programa.
Actualmente, el Programa de Universidades Benito Juárez cuenta con tres convocatorias de próxima apertura: una para nuevas sedes educativas, que tiene presupuesto para 40 nuevas escuelas. Sobre ello, Sosa indicó que se cuenta con 290 solicitudes hasta este jueves de personas o comunidades que desean donar terrenos para fincar planteles.
Otra es la convocatoria de estudiantes de nuevo ingreso, que se abrirá del 10 al 30 de junio, y finalmente la de registro de docentes, de próxima apertura del primero al 15 de junio.
“Nuestra escuelas son gratuitas, que valoran el deseo de estudiar de quienes no han podido continuar sus estudios”, señaló Sosa y recalcó que todas las carreras son presenciales debido a que “en este mundo se ha ido deshumanizado la educación; en algunas universidades se convierte al alumno sólo en un número de cuenta y nos preocupamos mucho por eso”.
“El aula está al servicio de lo que se necesita para atender y resolver los problemas de la comunidad, incluso esto les abre oportunidades de trabajo. Esto ayuda a mejorar la percepción de no solo vivir en las ciudades de alta demografía”, sentenció y añadió que en todas las Universidades Benito Juárez, se aprende al menos una lengua originaria que los estudiantes deben saber escribir y hablar.
Finalmente, la coordinadora señaló que ya casi se logran 80 escuelas construidas que entre junio y julio serán inauguradas. Para ello, el Programa cuenta con ocho prototipos de escuela dependiendo el uso de suelo, el clima y el paisaje que tenga la comunidad en cuestión. En algunos casos donde la construcción de planteles se ha dificultado, Sosa señaló que se ha tratado de problemas administrativos como permisos ambientales o la situación legal de los terrenos.
Por su parte, Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación Pública indicó que todos los programas educativos de la Cuarta Transformación tienen como pilares la equidad y excelencia.
Asimismo, recordó que las becas del Bienestar apoyan a casi 10 millones de personas, “ya vimos como la escuela es nuestra apoya a 45 mil escuelas de alta marginación y en zonas indígenas”, dijo e indicó que las Universidades Benito Juárez atienden a la “falta de oportunidades para jóvenes que quieren prepararse, que quieren estudiar una carrera y viven en zonas marginadas. Pará ello se creó el programa y en la SEP existe el organismo descentralizado para esto”.