Durante la videoconferencia ‘La Transición Urbano-Ambiental: Hacia una política nacional de calidad del aire’, como parte del ciclo ‘Diálogos Ambientales en Sana Distancia’, el coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental Metropolitana (CaMe), Víctor Hugo Páramo, planteó que ante el inicio a la nueva normalidad se debe contar con un nuevo modelo de desarrollo económico de la mano de la protección del ambiente y en particular de la salud humana.
Como medidas inmediatas propuso reducir los viajes en automotores con base en la coordinación entre el trabajo a distancia, el Hoy No Circula, el escalonamiento de horarios laborales, y también fomentar una movilidad activa y saludable. Asimismo, señaló la necesidad de impulsar las energías renovables y actuar con más rigor contra los grandes emisores y contaminantes.
Además, expuso la necesidad de reformar el marco normativo para poner por delante el derecho a un ambiente sano. En este sentido, explicó que se tiene que trabajar en una ley que considere en detalle los mecanismos completos de la gestión ambiental de la calidad del aire.
Dijo que se debe fortalecer la base científica para sustentar la política nacional en todos los procesos de gestión, por ejemplo, el monitoreo, el inventario de emisiones, la química atmosférica, la modelación de la calidad del aire y, sobre todo, los efectos y costos de contaminantes en la salud, entre otros, para actuar con eficiencia y eficacia en la mitigación de emisiones.
Por su parte, Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), aseguró que las ciudades son el centro de la lucha contra el cambio climático. En ellas convergen diversos sectores que pueden interactuar, lo que permite tomar medidas coordinadas para mejorar la acción sobre el clima.
Indicó que aún cuando las ciudades ocupan una superficie del planeta muy pequeña, menos del 2%, actualmente albergan al 50% de la población y consumen más del 75% de la energía mundial. Se proyecta que en el 2030 el 60% de la población estará viviendo en ciudades y en el 2050 llegará a un 70%