Textos y Contextos: El BOA, el peligro de los lideres de opinión y nuestra pereza como espectadores

En la carrera de Comunicación y Periodismo se aprenden un montón de cosas sobre las dinámicas sociales y los medios de información. En el mejor de los casos, al egresar de esa licenciatura, uno comienza a criticar el mundo, a desconfiar de todo, y de todos, así como a analizar la realidad de una forma en la que, cada vez, se vive poco a poco menos feliz.

Es que de pronto para el comunicólogo todo es como una mentira: descubres el encuadre en las noticias, las fallas en las películas, la inconsistencia en la realidad política del país. Por eso, cuando en la conferencia presidencial del 10 de junio, Andrés Manuel López Obrador presentó el documento “Rescatemos a México”, del Bloque Opositor Amplio (BOA), no hubo más que la reafirmación de lo que por años ha existido: la manipulación de la sociedad a través de estrategias estructuralistas.

Hay que aclarar antes que en efecto, la veracidad del documento aún no puede ser comprobada, y no es porque se hayan deslindado un montón de los firmantes cuyo nombre ya de por sí no es de confianza, sino porque hasta no tener pruebas fehacientes del origen, no es correcto afirmar de su probidad. Sin embargo, lo escrito en él son las clásicas verdades de Perogrullo que ojalá todos pudiéramos ver sin la necesidad de la publicación de un plan en contra del presidente.

En el texto se insiste en la necesidad de generar contenidos a través de las redes sociales, utilizando lo que conocemos como líderes de opinión, en ánimos de desprestigiar a Andrés Manuel López Obrador, la administración que representa, así como a Morena, partido que él mismo fundó y que tiene la mayoría en las Cámaras del Legislativo.

Mientras en Europa se libraba la Segunda Guerra Mundial, en los Estados Unidos el gobierno encargó a la Escuela de Chicago (Mass Communication Research) un montón de estudios sobre propaganda y la manipulación que podían lograr en la población para fines electorales así como para mantener el apoyo social a la intromisión de EU en el conflicto bélico de occidente.

Surge entonces la ‘teoría de los dos pasos’, también entendida como de los lideres de opinión. Este postulado aseguraba que el sistema comunicativo y la influencia de los medios se componían de dos fases diferentes: en un primer “paso”, los medios lanzaban un mensaje que recibía un tipo de persona en concreto: el llamado líder de opinión.

Según su más importante impulsor y genio de la Escuela de Chicago, Paul Lazarsfeld, esta figura filtraba, analizaba e interpretaba esa información para después, en ese segundo “paso”, comunicarla a los demás mediante sus relaciones interpersonales. Pensemos que en estos tiempos, ya no sólo se limita a las interacciones cercanas, sino a todas las que un sujeto puede generar en millones de contactos a través de sus redes sociales.

Los líderes de opinión, basados en la teoría estructuralista, cumplirían la función de filtrar la información para después transmitirla a la sociedad, pero como en cualquier cosa que se tamiza, en el proceso se pierden elementos y en este caso se le pueden agregar otros más. Los líderes serían algo así como mediadores entre la acción de los medios de comunicación y los sujetos del grupo, en este caso, nosotros, sociedad a la que el sistema nos cree incapaces de analizar la información completa.

Lo peor es que, mirando la dinámica actual de la comunicación, le hemos dado la razón al estructuralismo de Chicago, pues pese a tener herramientas como las redes sociales de Internet, preferimos mantener el modelo de los lideres de opinión a informarnos directamente de las fuentes.

Seguimos creyendo más en titulares de periódicos escandalosos cuando ni siquiera leemos la nota completa, o peor, nos dejamos llevar por los que muchas veces son tristes e ignorantes personajes denominados “influencers”, quienes en el mismo nombre llevan la amenaza, ‘influenciadores’, y aún así, dominan el espectro de la opinión pública ante nuestra pasividad como espectadores.

Ante dicho escenario, es preocupante el siguiente postulado de Lazarsfeld: “Pero, asimismo, los aspectos simbólicos y normativos de la acción social se difundirán conformando un proceso de narcotización que está actuando en la creación de una pasividad general. Como se comprueba, cuanto más activos son los mensajes más pasivos se vuelven los receptores-consumidores”.

Y se añade: “La evidencia sugería, entonces, que la información pasaba de los medios a los individuos más atentos e informados y que luego ellos retransmitían esa información por canales interpersonales a otras personas que tenían menor contacto directo con los medios de comunicación y a quienes no les generaba inconveniente depender de los demás para obtener la información”.

Precisamente esta semana coincidió que un sujeto llamado Facundo, cuya popularidad radica en conducir programas de bromas y comedia en televisión, reclamó al presidente el haberle quitado el 75 por ciento del presupuesto a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Así, sin un documento, sin un análisis profesional, con su sola popularidad, Facundo, personaje que trabajó para el PRI en la campaña de Eruviel Ávila Villegas como candidato a gobernador del Estado de México en 2011, lanza un discurso que retoman un montón de usuarios en las redes sociales así como algunos medios de comunicación.

Huelga decir también que, coincidentemente, otro ‘influenciador’ conocido como Chumel Torres, también atrajo el mismo tema de las áreas protegidas tal y como lo sugeriría el documento del BOA: generar consensos en contra del gobierno a través de líderes de opinión.

Por otro lado, en una nota de Angélica Enciso publicada el 11 de junio en La Jornada, se exponen los mismos problemas en la Conanp, pero de forma diametralmente distinta, con más rigor que el simple hecho de opinar:

“La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) requiere 89 millones de pesos, luego de que se le redujo en 75 por ciento el monto del rubro de gastos generales en el decreto del 23 de abril. Ya en 2015, con Alejandro del Mazo al frente del organismo, comenzó un desmantelamiento del organismo, se eliminaron plazas y se compactaron las oficinas para la atención de áreas”.

“En la administración pasada salieron directores de otras áreas naturales protegidas, y los responsables de las regiones tuvieron la orden de reducir en 10 por ciento el personal eventual, con lo que se estimó en 150 el número de personas despedidas. Tan sólo para entre 2015 y 2016, se pasó de un presupuesto de 402 millones a 297 millones.

“En 2016 desapareció el programa de vigilancia comunitaria en Áreas Naturales Protegidas y zonas de influencia que contaba con 22 millones de pesos. Ese año para todos los organismos y las oficinas centrales de la Semarnat se asignaron 9 mil 879 millones de pesos, 4 mil millones de pesos menos que un año previo”.

En fin, el BOA y su documento pueden ser reales o una filtración falsa que le pasaron al presidente, en tanto, la estrategia que refleja es real y tristemente, en estos tiempos cuando todos tenemos herramientas de educación autodidacta y comunicación masiva en nuestros teléfonos inteligentes ya no podemos ser una sociedad que se dice víctima de las circunstancias: o no estábamos preparados para usar las nuevas tecnologías o hay que aceptarlo, los teléfonos resultaron más inteligentes que nosotros y somos perezosos para ir más allá de lo que dice un líder de opinión.

La nota completa de Angélica Enciso sobre el presupuesto de la Conanp se puede encontrar en el siguiente link:

https://www.jornada.com.mx/ultimas/economia/2020/06/11/semarnat-advierte-problemas-financieros-en-la-conanp-9077.html

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