La Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) del gobierno Estadounidense, realizó un informe titulado “España: Terrorismo vasco y respuesta gubernamental”, en el que se destapó que el ex presidente del gobierno español durante 1982 y 1996, Felipe González, acordó “la formación de un grupo de mercenarios controlado por el ejército para combatir fuera de la ley a terroristas”, el Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL).
De acuerdo con una nota publicada ayer por el diario español “La Razón”, el informe elaborado por la CIA, está calificado como “secreto” e incluso aún tiene algunos pasajes censurados, pero lo que sí está claro es que Estados Unidos tenía conocimiento de los antecedentes de uno de los episodios más oscuros de la historia de España.
En este sentido, el grupo paramilitar GAL que contaba con el apoyo del gobierno de Felipe González, tenía como principal función combatir a los militantes de la organización armada vasca Euskadi Ta Askatasuna (ETA), en los años de 1983 y 1987, pues en alguno de los pasajes del informe detalla: “el gobierno parece determinado a adoptar una estrategia poco ortodoxa en relación con ETA”.
Agrega: “los mercenarios no serían necesariamente españoles y tendrían como misión asesinar a los líderes de ETA en España y Francia”. Sin embargo, aunque se suponía que sabían cuales eran los miembros de ETA, la CIA reveló que se atacaba a “peces pequeños” y no a los líderes de la banda.
Entre las 20 páginas de contenido del informe de la CIA, se detalla que los GAL mataron a ciudadanos franceses sin adscripción política conocida; fueron responsables de 27 asesinatos; varios secuestros, torturas y malversación de dinero público.
Además, en dicho informe también se incluía una completa cronología de las actividades de los GAL, desde el secuestro de Segundo Marey, a quien no se nombra por su nombre, el 4 de diciembre de 1983, hasta el asesinato el 2 de agosto de 1985 del miembro de ETA Juan María Otegui.
Asimismo, en uno de los pasajes, se señala: “El gobierno del primer ministro Felipe González, que muchos pensaban sería blando con el terrorismo, se ha mostrado implacable en la resolución para erradicar ETA a través de una combinación de concesiones políticas a la minoría vasca e intensificando los esfuerzos legales”.