El ideario de Nelson Mandela, vigente en la respuesta que se debe dar a la pandemia de Covid-19: António Guterres

Nelson Mandela se elevó sobre sus carceleros para liberar a millones de sudafricanos y se convirtió en una figura global de inspiración y en un icono moderno. Mandela dedicó su vida a combatir la desigualdad que ha alcanzado proporciones de crisis en todo el mundo en las décadas recientes y que amenaza cada vez más nuestro futuro”, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas.

La participación virtual de António Guterres este sábado en una Conferencia celebrada en Johannesburgo con motivo del Día Internacional de Nelson Mandela se centró en subrayar la desigualdad que define al mundo de hoy y expuso su propuesta para abordar sus raíces antes de que destruya las economías y sociedades.

Guterres señaló que todos los años, en el cumpleaños de Mandela, se rinde homenaje “a un extraordinario defensor de la igualdad, la dignidad y la solidaridad a nivel mundial”.

En 2020, la jornada internacional se conmemora en un escenario afectado por la pandemia de COVID-19, “una amenaza para todos, en todas partes, y especialmente para los más vulnerables”.

El COVID-19 ha puesto los reflectores sobre esta injusticia”, afirmó Guterres refiriéndose a la falta de igualdad ignorada a lo largo de los años.

Si un virus tiene al mundo de rodillas, generando la caída libre de las economías y revirtiendo en pocos meses los avances logrados contra la pobreza ha sido precisamente por la fragilidad derivada de los sistemas de salud inadecuados, las lagunas de protección social, las desigualdades estructurales, la degradación ambiental y el cambio climático, todos problemas sin atender pese a su persistencia en todo el planeta.

Y en medio de la emergencia generalizada, son los segmentos de población más pobres y vulnerables los que sufren de peor manera el impacto de la pandemia, explicó Guterres citando como ejemplo la amplificación de la desigualdad sólo en el ámbito del acceso a la salud observado en algunos países donde los hospitales privados, los negocios y las personas con medios acaparan el equipo médico que urge para atender a todos los enfermos, no sólo a los que lo pueden pagar.

En su opinión, las desigualdades no son resultado de la disparidad de ingresos, también lo son de las relaciones de poder a todos los niveles.

El COVID-19 es como una radiografía que revela las fracturas del endeble esqueleto de las sociedades que hemos construido. Expone las falacias y las falsedades por todas partes: la mentira de que el libre mercado puede darle un seguro de salud a todos; la ficción de que el trabajo no remunerado no es trabajo; el delirio de que vivimos en un mundo que ha superado el racismo; el mito de que estamos todos en el mismo bote, porque aunque todos flotamos en el mismo mar, es claro que algunos lo hacen en yates de lujo mientras que otros se aferran a los deshechos que quedan a la deriva”, sentenció.

Actualmente, más del 70% de la población mundial padece la creciente inequidad de ingresos y riqueza, con 26 personas concentrando tantos bienes como la mitad de los habitantes del planeta; sin embargo, esos números no son las únicas evidencias de la desigualdad.

El titular de la ONU aseveró que las oportunidades en la vida de las personas dependen de factores como el género, la familia, el origen étnico, la raza, o el tener o no alguna discapacidad. “La vida y expectativas de millones son determinadas por las circunstancias en las que nace”.

Añadió que los factores de desigualdad se cruzan y potencian por generaciones, dando como resultado fenómenos que nos afectan a todos.

Si bien la pandemia reveló con más nitidez que nunca para todos que las desigualdades atropellan los derechos humanos, mucha gente lo había entendido antes de la emergencia. Es por ello que los Estados miembros de las Naciones Unidas apoyan la visión de la Organización y se comprometieron con la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El Secretario General recordó que Nelson Mandela sostuvo que “uno de los desafíos de nuestro tiempo es reinstalar en la conciencia de la gente el sentido de la solidaridad humana, de estar en el mundo para, por y con los demás”.

El COVID-19 refuerza más que nunca este mensaje. Nos debemos a los demás. Estamos juntos o nos derrumbamos”, reflexionó.

Antes de concluir, lanzó una pregunta a los líderes mundiales: “¿Sucumbiremos al caos, la división y la desigualdad o corregiremos los errores del pasado y avanzaremos juntos por el bien de todos?”

En este Día Internacional de Nelson Mandela, recordemos que podemos, y debemos, participar en la búsqueda de un futuro mejor en el que todas las personas vivan con dignidad, oportunidades y prosperidad en un planeta saludable”, llamó Guterres.

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