La política de Américas Latina en el Siglo XXI, se vio marcada por la irrupción de gobiernos progresistas de izquierda que crearon un bloque interesante de oposición al neoliberalismo, el cual, hoy sabemos, se fragmentó hasta seguir siendo una simple esperanza. Su caída mucho se debe a la propaganda de los grandes medios de información, cosa que podría comenzar a cambiar.
Esta semana, los gobiernos de México y Argentina, ambos de izquierda, anunciaron la iniciativa para generar una vacuna contra el Covid-19, en colaboración con la Universidad de Oxford y la Fundación Carlos Slim. ¿Será que con la irrupción en el progresismo de un proyecto que incluye a una Universidad británica y la fundación de un mega magnate, se derrumba el mito de que la izquierda latinoamericana es comunista, cerrada a la iniciativa privada y con intereses dictatoriales?
Y no, per se el comunismo no es malo, pero los grandes medios de información han utilizado el término para manipular la opinión pública, confundiendo al grado en el que muchos apoyaron el golpe de Estado que Evo Morales sufrió en octubre de 2019, cuando durante poco más de 10 años, cultivó en Bolivia la economía más estable del continente.
En su gestión, de Morales el PIB de Bolivia pasó de 9 mil mdd a 40 mil mdd, mientras que la pobreza extrema pasó de 38% a 15%. El reto actual es la industrialización, sólo por mencionar un par de puntos. Algo similar pasa con Rafael Correa en Ecuador, a quien se le reconocen sus políticas de protección a los pueblos indígenas, el alza en la tributación y los avances en derecho a la información y los medios públicos.
Y así, los dueños del dinero han usado a los medios y las redes para generar una histeria colectiva ante aquel o aquella que pretende llegar al poder con una bandera de izquierdo; pero, por ejemplo, ¿cuánto se criticó a la Argentina de Mauricio Macri, con un proyecto del todo neoliberal, que fracasó y empobreció a su población en tan sólo cuatro años?
Apenas a finales de 2018, el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó a la Argentina el préstamo más grande en la historia del país sudamericano, por un monto de 57 millones de dólares, lo que dio la oportunidad a dicho organismo internacional a regular la economía interna, priorizando la inversión a infraestructura y protección social.
Sin embargo, pese a diversos apoyos que el gobierno de Macri recibió de instancias internacionales, el dólar llegó hasta sesenta pesos argentinos. Además, Macri aumentó el combustible en 9.5 por ciento, el sector alimenticio en un 10 por ciento y también el gas natural en un 10 por ciento para usuarios residenciales, que en este caso es el inicio para que, luego de un incremento sistemático, en julio ya tenga aumentos del 29 por ciento.
Macri se dio a conocer por sus “tarifazos”, lo que golpeó la economía de los argentinos por alzas en la luz y el transporte que significaban aumentos al costo del servicio hasta del 300 por ciento. Apenas a mediados de marzo de 2019, el FMI le otorgó otros 10 mil 870 millones de dólares a los argentinos y ni así paran los incrementos que van directo a la población.
Y de Jair Bolsonaro, mandatario de Brasil, cuyos militares ya no le tienen respeto y sus ministros desfilan en cambios incesantes porque no ha sabido gestionar ls crisis por el Covid-19, ni hablamos. Inmerso en un escándalo de corrupción por proteger los crímenes de sus hijos, Bolsonaro no es ni la mitad de lo que fue Luiz Inacio Lula da Silva, a quien la oligarquía mandó encarcelar de manera tan infundada que hoy está libre.
Por eso el tema de la vacuna que planean México y Argentina no es menor. Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, se muestran con este movimiento no sólo como los líderes de la región, sino también como los encargados de demostrarle al mundo que la izquierda latinoamericana no es el mito que se generó a través de personajes como Hugo Chávez y el gran chivo expiatorio que es Venezuela, un país donde desde hace 20 años, la sociedad vota con más del 64 por ciento por el chavismo.