Este miércoles, la denuncia que el ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, hizo ante la Fiscalía General de la República (FGR) se hizo pública. En tanto, ratifica los dichos del ex funcionario, quien acusa de desvío de fondos para asesores extranjeros en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012, así como los sobornos a legisladores para aprobar reformas estructurales y hasta la sistemática manipulación monetaria a columnistas en el sexenio anterior, así como el poder de algunas empresas como Higa que incluso sobrepasaba al presidente.
En el caso de las campañas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Lozoya hace la narrativa de cómo se le ordenó desviar los sobornos de Odebrecht a asesores extranjeros, señalando en principio de cuentas que a Luis Weyll, por órdenes de Luis Videgaray Caso, entonces coordinador de campaña de Peña Nieto, se le pidieron 6 millones de dólares provenientes de la empresa brasileña.
Luego entonces, del 20 de abril, al 20 de junio de 2012, Emilio Lozoya habría ayudado a Luis Videgaray a desviar 4 millones 750 mil dólares a diversos asesores extranjeros para apoyo a la campaña de Enrique Peña Nieto, por lo que habría un sobrante de 1.5 mdd que, según el ex director de Pemex, habría depositado en una cuenta de su empresa Tochos Holding para sus “negocios personales”. Todo esto se acordaba, según la denuncia en las oficinas de Montes Urales 425, y ya en el gobierno, en la calle de Julio Verne, en Polanco.
Más adelante, ya en 2013, según Lozoya, a través de Luis Weyll, Odebrecht seguía filtrando dinero a las arcas del peñismo, en busca de ganar licitaciones; sin embargo, el ex funcionario señala que incluso aunque no obtuvieran las licitaciones seguían con el flujo de recursos “para garantizar un dominio e influencia sobre el gobierno (…) Ya no era una relación soborno-contrato-soborno, era una relación más profunda. Se trataba de ejercer influencia sobre el presidente de la República y el Legislativo mexicano”.
Reformas Estructurales y sobornos a legisladores
El siguiente paso, luego de ganar la presidencia, fue allanar el camino para implementar las reformas estructurales que caracterizaron el gobierno de Peña Nieto, por lo que, según Lozoya, otra vez Luis Videgaray y el propio entonces presidente, le indicaron en 2013 que debía “entregar montos importantes de dinero a la oposición”.
?En su denuncia, Lozoya señala personajes como Ricardo Anaya, entonces diputado del PAN y presidente de la Mesa Directiva en San Lázaro cuando se aprobó la Reforma Energética; a los ex senadores Ernesto Cordero, Jorge Luis Lavalle, Salvador Vega, David Penchyna Grub, Francisco Domínguez y Francisco García Cabeza de Vaca, estos dos últimos, actuales gobernadores de Querétaro y Tamaulipas, respectivamente.
“Luis Videgaray me instruyó recibir a Ricardo Anaya Cortés en las oficinas de Pemex y a Ernesto Cordero Arroyo, con quien desayuné en el Hotel Four Season. En específico, Luis Videgaray Caso me instruyó a entregarle 6 millones 800 mil pesos a Ricardo Anaya, quien había estado insistiendo en reunirse conmigo”.
Lozoya mencionó que, durante la reunión, Ricardo Anaya le comentó sobre sus aspiraciones a ser gobernador de Querétaro y que “odiaba a su contrincante”, el senador Francisco Domínguez “por corrupto”, porque él había negociado con Luis Videgaray que se le poyara a llegar a la gubernatura.
“El mensaje era claro. Fue así que, en la primera semana de agosto del 2014, el señor Norberto Gallardo, quien es miembro del Estado Mayor Presidencial y fungía como mi jefe de escoltas y a quien me comprometo a presentar para que sea entrevistado, entregó el apoyo solicitado a un enlace designado por Anaya directamente en las instalaciones de la Cámara de Diputados, quien responde al nombre de Osiris Hernández”, detalla en la denuncia.
La entrega del dinero, apuntó, fue confirmada por Anaya a Luis Videgaray. “Se cuenta con otro número desde el que me extorsionaba Ricardo Anaya. La entrega fue realizada en el estacionamiento de la Cámara de Diputados”, según cuenta Lozoya.
El ex director de Pemex afirma que Luis Videgaray le pidió dar 6.8 millones de pesos a Ricardo Anaya para sus aspiraciones políticas en Querétaro.
En total, asegura Lozoya, legisladores del PAN recibieron 80 millones de pesos entre 2013 y 2014, por medio de Rafael Caraveo, entonces secretario técnico de la Comisión de Administración del Senado de la República, quien en últimos días se evidenció a través de un video en redes sociales, precisamente haciendo transacciones con maletas llenas de dinero, en oficinas de Legislativo.
Posteriormente, Lozoya acusa también a que Luis Videgaray le exigió conseguir más recursos, adicionales a los de Odebrecht a través de otros contratistas de Pemex, para seguir sobornando a los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), siendo el enlace Francisco Olascuaga para transferir al menos 10 millones de dólares más que el propio Videgaray habría conseguido.
Otros usos indebidos para los recursos, sobornos a la prensa, el caso Higa
Según Emilio Lozoya, Luis Videgaray le habría encargado destinar entre 4 o 5 mil dólares en un bolso Chanel para obsequiarlo a la columnista Lourdes Mendoza. “Luis Videgaray Caso me instruyó a que, en cuanto recibiera el dinero en efectivo, se comprara una bolsa de mujer de la marca Chanel para regalársela a su amiga, la periodista Lourdes Mendoza”, señala el ex director de Pemex, quien además afirma que Mendoza, no conforme, habría pedido más recursos para la colegiatura de su hija.
En tanto, Lourdes Mendoza ha negado esto en su cuenta de Twitter.
Esto es absolutamente falso y que me lo pruebe @EmilioLozoyaAus . Mis columnas hablan por mi, por mi hija, mi trabajo y mi dignidad. Me voy a defender hasta las últimas consecuencias y lo demandaré. pic.twitter.com/XpN608fMFd
— Lourdes mendoza (@lumendoz) August 20, 2020
En cuanto a la denuncia, Lozoya añade: “Pregunté a Luis Videgaray Caso cómo hacía para mantener una prensa favorable, me dijo: ‘tú no sabes usar el poder. Yo tengo una lista de periodistas, como Lourdes Mendoza, a quienes mantengo contentos con cañonazos de 50,000 a 100,000 pesos mensuales’”, y afirma que esto se hacía porque el propio Videgaray quería resaltar más que el ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, porque este lo “quería desplazar”.
Por otra parte, Emilio Lozoya señala casos como el de Grupo Higa, donde por cada una de las obras terminadas, Juan Armando Hinojosa recibía, en efectivo del 2 al 5 por ciento del monto final contabilizado, dinero que compartía con Enrique Peña Nieto. Esto, según Lozoya, se lo comentó personalmente Hinojosa, quien aseguró que el entonces presidente priísta quería liquidez y recursos para hacer una “egoteca”, en referencia al Museo del Presidente.
Según Lozoya, Peña Nieto le acusó de ser “un obstáculo” para cumplir sus compromisos con “su compadre Juan Armando” además de no estar dispuesto a obtener recursos para su proyecto político. Asimismo, el ex funcionario retrata que Hinojosa era tan poderoso en el sexenio peñista, que el ex mandatario nacional prefirió cancelar las relaciones con China existentes en el Tren México-Querétaro, y otra cartera de proyectos que incluían 2 mil mdp de inversión del país asiático en Pemex, dado que Higa estaba apoyando a Luis Videgaray con una casa en Malinalco y al propio Peña Nieto con otra.
Salinas de Gortari y los favores a su hijo
Carlos Salinas de Gortari es otro de los señalados por Emilio Lozoya. En la denuncia, afirma que el ex presidente de México cabildeó a favor de diversos proyectos relacionados con Pemex.
“…recuerdo que Carlos Salinas de Gortari cabildeaba a favor de los proyectos de su hijo, entre los cuales se encontraba pagarle a la empresa Trese más de 15 millones de dólares, porque Pemex le había cancelado el contrato de una plataforma marítima.
“Al enterarme de los detalles, resultó que en dicha plataforma habrían fallecido trabajadores por una explosión motivada por la falta de mantenimiento que debió dar dicha empresa…”, se lee en el documento de 63 páginas.
Dice que meses después, José Antonio Anaya le dijo que tuviera cuidado con su concuño Carlos Salinas, “ya que quien no ayudaba a sus hijos y socios los consideraba traidores. Me sugirió irnos a cenar con él, porque de lo contrario me seguirían golpeando en medios de comunicación. Yo dije que lo buscaría, pero ignoré estas componendas, pues tenía que enfocarme en un asunto de trascendencia nacional que, ya desde entonces, era un problema brutal y vinculado de crimen organizado, como el relativo al robo de hidrocarburos”.