El humorista gráfico argentino Joaquín Salvador Lavado, más conocido como ‘Quino’, falleció en Buenos Aires a los 88 años, confirmó su colega Miguel Repiso ‘Rep’, dejando como principal legado la saga de tiras cómicas ‘Mafalda’, traducida a varios idiomas y que se distinguió por ser un personaje crítico, prácticamente filosófico, ante los problemas sociales.
“Se fue mi segundo Papá. Gracias por todo #Quino (1932-2020)”, escribió Rep en su cuenta de Twitter.
Se fue mi segundo Papá.
Gracias por todo #Quino
(1932-2020)
? pic.twitter.com/v12TCQExyo— Rep (@miguelrep) September 30, 2020
Nacido como Joaquín Salvador Lavado Tejón en Mendoza, 17 de julio de 1932, fue un humorista gráfico e historietista argentino y su obra consituye una parte fundamental de la historieta argentina. La tira más conocida, emblemática para varias generaciones, es Mafalda.
Un trabajo inicial como dibujante publicitario le condujo a crear a Mafalda en 1962 gracias a unas lavadoras y unos frigoríficos. A Quino le encargaron una publicidad que consistía en elaborar tiras cómicas para los diarios en las que se mostrara en dibujos la vida de una familia que utilizaba los electrodomésticos Mandsfield. Y de esa secuencia fonética surgió el nombre de Mafalda.
Los periódicos rechazaron aquella publicidad, retrata el diario El País, porque se confundía con los contenidos propios, y los personajes ideados por Quino para el encargo se quedaron en la recámara. Sin embargo, los recuperó en 1964, ya sin propósito comercial, y así surgió en el periódico porteño Primera plana la tira de más éxito de la historia en lengua española, que después se publicaría en diarios de todo el mundo. Más tarde, los libros que recogían aquellas escenas venderían millones de ejemplares y serían traducidos al francés, al inglés, al japonés, al chino…, a más de 30 idiomas.
Mafalda pasó también al cine, con un largometraje de dibujos animados hecho en Argentina, de 75 minutos, en el cual los personajes reproducían en lenguaje sonoro los escritos que su creador les había dado. Pero a Quino no le satisfizo, porque al salir del estreno oyó que algunos decían: “¡Pero ésa no es la voz de Mafalda!”. Así que la traspasó al cine mudo. Las siguientes experiencias, a cargo del gran Juan Padrón, especialista cubano en animación, ya no tuvieron diálogos. Eran chistes nuevos basados en las escenas mismas. De ese modo, Mafalda ofreció a los espectadores la voz que cada cual le hubiera imaginado. De aquella pandilla (Manolito, Susanita, Libertad, Guille…), Quino siempre tuvo su hijo predilecto en el ingenuo idealista Felipe, durante toda su vida.
Con referencias de El País.