La cuarta transformación enfrenta, sin duda, la reconstrucción del Estado, la depuración de la corrupción en la vida pública, en el funcionamiento del gobierno. Es uno de sus compromisos fundamentales, necesario, para la reorientación del gasto público en beneficio de la mayoría de la población: por el bien de todos, primero los pobres.
En este camino se exhibe que la corrupción durante el neoliberalismo de las décadas pasadas fue más allá y abrió paso a una connivencia estrecha con el crimen organizado. Las acusaciones contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública con Calderón, hoy preso y sometido a juicio en Nueva York por su participación con el Cártel del Golfo, permitieron mostrar a la opinión pública que las investigaciones de destacadas y destacados periodistas, se comprobaban una vez más. Y ahora, con la detención en Los Ángeles del General Salvador Cienfuegos, exsecretario de la defensa nacional en el gobierno de Peña Nieto, se comprueba que el Estado mexicano se había transformado en un narcoestado.
También confirman la importancia de la voluntad popular de someter a juicio a los expresidentes y con el fallo de la corte se someterá a consulta un acuerdo para enjuiciar a los actores políticos del pasado. La consulta popular del año próximo abrirá el camino hacia la justicia por los miles de crímenes cometidos y el saqueo a la patria cometidos por los gobiernos neoliberales.
Los productos alimenticios industrializados
La pandemia puso en primer plano la problemática de salud de los mexicanos que viene de tiempo atrás y que va de la desnutrición por la pobreza, a la desnutrición por la mala alimentación y a las enfermedades crónicas, también producto, en gran medida, por mala alimentación.
Las políticas para enfrentar esta situación han provocado graves confrontaciones entre el sector público de la salud y los productores y distribuidores de la comida chatarra que se negaban al etiquetado de los productos que permite conocer a los consumidores lo que están comprando y más tarde comerán: no sólo con vitaminas, sino con con exceso de calorías, carbohidratos y sodio.
Ahora toca el turno a la identificación de los productos lácteos, por lo que aquellos productos que presenten información falsa sobre su contenido se retirarán de los supermercados y mercados. La respuesta de los productores no se dejó esperar.
Los consumidores tenemos derecho a la información verídica de los productos alimenticios industrializados para proteger nuestra salud.