México se ha distinguido por ser un país afín al consumo de panes y pastelillos industrializados, lo cual puede estar relacionado con los malos hábitos alimenticios que han hecho que los índices de obesidad y sobrepeso no dejen de aumentar y que más del 75% de la población sufra de estas enfermedades.
De acuerdo con un estudio consultado por el LabDO, Laboratorio de Datos contra la obesidad, el país ocupaba, en 2013, el primer lugar mundial en consumo de pasteles y postres, al ingerir 19.9 kilogramos al año per capita de estos productos.
Estos son especialmente populares como parte del desayuno, snack o colación, y son sobre todo los niños y adolescentes los que los prefieren. El 33.1% de la población consume pan dulce o pastelillos empaquetados en su primera comida. Los más socorridos son las Donas Bimbo (15.5%), los Panqués de la misma marca (11.8%) y las Mantecadas, también de Bimbo (10.9%).
El problema es que estos productos aportan calorías vacías y son, en general, muy altos en grasas y azúcares. Un estudio del Laboratorio de la Procuraduría Federal del Consumidor informa que los pastelitos dulces empacados contienen entre 117 a 232 calorías por porción y aportan entre 11.6 a 21.6 gramos de azúcar.
Por ejemplo, productos como los Submarinos Marinela, que el 0.9% de los mexicanos consume en el desayuno, contenían 146 miligramos de sodio al momento del estudio. Si se consumiera el paquete completo, de tres pastelitos, ingresarían 438 mg de sodio al organismo, o lo que es lo mismo, el 21.9% de la ingesta diaria de sodio recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un Gansito, también de Marinela, consumido por el 2.3% de la población en el desayuno, contenía 21.6 gramos de azúcar, es decir, el 86.4% de los azúcares diarios recomendados por la OMS.
Grupo Bimbo, con su marcas Wonder, Marinela y Tía Rosa se mantiene en el primer lugar del mercado nacional de panes.
A pesar de que la oferta de la industria panificadora consta de productos que no son saludables en grandes cantidades, México es el octavo mercado mundial para estos productos, y el segundo más grande de América Latina. Las ventas del sector ascendieron a 17 mil 600 millones de dólares en 2016, de acuerdo con datos de Euromonitor Internacional.
El sector es tan sobresaliente que la manufactura panadera mexicana dio cuenta del 4% de las ventas mundiales de pan. Cifras consultadas por LabDO indican que de 2012 a 2016 esta creció a un ritmo de 3.3% anual.
Para poner lo anterior en perspectiva basta con decir que, el sector panadero representó en 2018 el 0.5% del Producto Interno Bruto. La industria panificadora y su cadena productiva alcanza un valor estimado de 120 mil millones de pesos y genera 1 millón 600 mil puestos de trabajo (según cifras de 2018), lo cual la convierte en uno de los segmentos más relevantes del sector alimenticio en México.
En el país, la oferta de productos panificados industriales es liderada por Grupo Bimbo, quien se ha mantenido como el número uno en este mercado, con sus marcas Bimbo y Wonder en pan de caja y Tía Rosa y Marinela en pan dulce.
De acuerdo con datos de este corporativo, sus ventas netas en 2019 alcanzaron los 291 mil 926 millones de pesos, un crecimiento del 2.5% más que el año anterior. Específicamente en México, que representa el 33% de sus ventas, el mejor desempeño estuvo en los canales de bollería, galletas y pasteles.
No obstante, hay que tener en cuenta que este conglomerado cada vez enfrenta mayor competencia por parte de los panes no industrializados. Las panaderías tradicionales pasaron de ocupar una participación de mercado del 36.5% en 2007 a una del 46.8% en 2017, de acuerdo con el índice de manufactura del INEGI reportado por El Financiero.
Cabe resaltar que a nivel mundial, el sector de panes industriales representa el 22% de las ventas de productos alimenticios empacados, con un valor de 456 mil 800 millones de dólares en 2016. A pesar de la madurez de la industria, esta sigue viendo un comportamiento dinámico, con un crecimiento anual de 4.2% entre 2012 y 2016.