Pese a la pandemia del COVID-19, muchas ceremonias con motivo del Día de Muertos serán suspendidas, sin embargo, pese a la amenaza que representa la pandemia, la tradición continuará; es un ritual muy arraigado en los mexicanos. Y por ello, desde este 31 de octubre, en diversos rincones del territorio nacional dará inicio este “festival” de mucha luz, color, sabor y olores propios de incienso y el cempasúchil.
Como cada año — hoy no será la excepción–, de una manera calidad y colorida se realizan diversas ceremonias en todo el país; pero, sin lugar a dudas, destaca la forma como se desarrolla en la Ciudad de México, Oaxaca y Michoacán.
Por ejemplo en San Andrés Míxquic, uno de los siete pueblos originarios de la delegación Tláhuac, en la Ciudad de México, cada año, durante las festividades del Día de Muertos, recibe a miles de turistas mexicanos y extranjeros en su panteón para velar a sus muertos, durante toda la noche, misma que se viste de luz.
El Estado de Oaxaca y, en especial, la ciudad capital, también recuerdan a sus muertos en sus todos sus panteones con todo aquello que disfrutaban cuando vivían. Por eso no puede faltar el mezcal, la comida y la música.
El Estado de Michoacán no es la excepción, ahí el recorrido comienza el 31 de octubre, con las ofrendas que se les ponen a los más pequeñitos de las familias que ya abandonaron el mundo de los vivos, a esta celebración se le conoce como la “Velación de los Angelitos” y concluye el 1 de noviembre. El 2 de noviembre, las ofrendas se dedican a los adultos, como tradición, se les ofrecen los platillos favoritos que solían disfrutar en vida.
Los pueblos que circunscriben al lago de Pátzcuaro, en Michoacán, son los que más devotamente se entregan a este festejo. Las casas de los pueblos de Tzintzuntzan, San Pedro Cucuchucho, Ichupio, Ihuatzio, Santa Fe de la Laguna y la isla de Janitzio, colocan arcos de flores de cempasúchil a la entrada de sus hogares, de este cuelgan frutas típicas de la región, panes con formas humanas y, lo más importante, los objetos personales de las personas que ya no se encuentran entre nosotros.
Sin duda unos de los panteones más famosos de México es el que se encuentra en Tzintzuntzan, reconocido por la cantidad de flores que se utilizan para adornar las tumbas.
La noche del 1° de noviembre, los familiares de los fallecidos asisten al panteón cargados de flores, los alimentos preferidos de sus difuntos y veladoras, con las que podrán guiar las almas de sus seres queridos hasta ellos; en las primeras horas del 2 de noviembre, es común ver a todas las familias reunidas alrededor de la tumba, comiendo el típico pan de agua y bebiendo café de olla, estos alimentos les ayudarán a pasar toda la noche en vela, esperando las almas de sus seres queridos que han venido a visitarlos.
Pomuch – Campeche
Este poblado a 1 hora de la ciudad de Campeche festeja el Día de muertos de una manera muy particular. No solo se trata de hacer ofrendas con fotografías de los difuntos, sino de realmente volver a juntarse con ellos a través de reencontrarse con los huesos de sus seres queridos. De esta forma, se le da un respiro de aire fresco a estas personas. Una vez que se han sacado, limpiado y realizado una ceremonia espiritual con los huesos, comienza la fiesta del Día de Muertos, en la que la música, bebida y baile no puede faltar.
Chignahuapan – Puebla
Un festival de luz se lleva a cabo en este Pueblo Mágico, cuya finalidad es lograr la pureza de las almas que partieron. Todo comienza con una caminata hacia el río del mismo nombre que el pueblo, guiada por veladoras y antorchas. Al llegar al río, los esperan representaciones prehispánicas con cantos y danzas tradicionales. Una pirámide flotante protegida por místicas calaveras y actores se encargan de explicar la tradición a las personas que año con año se reúnen para festejar la vida y la muerte de sus seres queridos.
Más allá de ser una celebración que invite a la tristeza y la nostalgia, la celebración del Día de Muertos es una oportunidad para celebrar la vida y recordar los momentos que pasamos junto a nuestros seres queridos.
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