1.- En Zacatecas ya, y en otras entidades pronto.
Cómo cambian las cosas, los que ayer atacaron a las alianzas, calificándolas de contra natura, de que lo único que buscaban era hacerse del poder por el poder mismo, hoy no sólo son sus seguidores más fervientes, sino sus practicantes.
PAN, PRI y PRD ven por sí mismos, por conservar o retomar el poder, y aunque no tienen el valor de decirlo, es por su causa, no por la del pueblo.
Si así fuera, cuando fueron gobierno, por separado, lo hubieran demostrado, y no fue así; ahí está la realidad de sus estados, así es la del país mismo. Fueron un fracaso solos.
La lógica elemental dice que la suma de cero, aunque sean tres cero, cero se queda;
¿Cómo funcionan tres nadas?
Si cada uno de estos partidos, solos, fueron pesadilla para el pueblo, ¿qué se espera estando juntos?.
Si hubieran hecho bien las cosas, no necesitarían de estas alianzas; estas alianzas es la prueba más fehaciente de que su trabajo fue pésimo y requieren de muchos para ver si acaso la suma de los partidarios de estos organismos políticos, ven más por ellos que por el pueblo.
Estos tres partidos, ideológicamente, no están separados, es la derecha no sólo porque quien los impulsa es el organismo de Claudio X González, sino que es su razón de ser actual y hasta su futuro, al acomodar sus estatutos, costumbres y conciencias, a esta nueva modalidad, donde el perredismo oportunista se une al tricolor neoliberal y a la derecha panista que está en su etapa ultra y beligerante; cuyos resultados son de espanto donde quiera que son gobierno, sobre todo en los casos de inseguridad, la cual, con los azules crece.
En Morelos, después de Carrillo Olea, cuando no pocos de los grandes capos tenían residencia en la entidad, al llegar el panismo, no sólo no se acabó, sino que creció la violencia.
¿Otro dato?, Guanajuato. Del hermoso paraíso a la crueldad vivida todos los días, y sin posibilidades de que las cosas varíen.
Si llegara un partido progresista, le costaría trabajo resarcir el tejido social tan dañado por tanta sangre caída.
Del tricolor no hay nada nuevo bajo el sol.
De 1940 a 1982 la corrupción galopó, la falta de espacios de expresión y el control de los mismos, la represión de los movimientos sociales, la guerra sucia, los pactos con el crimen organizado.
De 1982 al 2018, menos los 12 años panistas (que, por cierto, fueron tricolores vestidos de azul) no sólo continuó la corrupción, sino que se le dio paso al neoliberalismo.
Ahora, estos tres partidos vienen y dicen que ya todo pasó, que nada será igual, que el sol vino, con pan e instituciones; sí, pero el sol lleva el rojo de la sangre, el pan es robado y las instituciones son fuente constante de carencias extremas, de muertes por la miseria, de salarios precarios, de asesinatos que no tienen fin, de ley del embudo, de educación que persigue a los profesores, que genera la mano de obra barata que requiere el gran empresario que nunca paga los impuestos.
Ninguno de los tres partidos hicieron bien las cosas donde se han parado; Michoacán es un ejemplo de lo que pasa con el perredismo de estas épocas, con un Silvano Aureoles, en cuya administración la violencia creció y decreció el bienestar social, y lo mismo sucedió en el territorio zapatista con Graco Ramírez, en donde la corrupción bailó bien y bonito en casi todas las esferas, en un duelo de ver quién obtenía mayor beneficio.
Si cada uno de estos partidos, por separado, incrementaron la pobreza, la inseguridad, la falta de apoyos a la educación, ¿sabe usted lo que pasará ahora que se unirán, en toda una mezcolanza frankensteniana?.
Se los adelanto: sólo atenderán lo que a sus intereses aplica.
Se unirán en la complicidad, no tienen en sus agendas, más que en el papel y para que no caigan en el descaro, pero sí en el cinismo, que en adelante las cosas serán mejores.
Igual dicen los golpeadores a sus víctimas, aunque saben unos y otros que no van a cumplir.
No faltan los que aceptan que la realidad espeluznante de la falta de todo y sobra de agresividad es para siempre y por justicia divina, imposible de frenar.
Podrán unirse los tres y otras organizaciones similares, pero si el pueblo está consciente de que sólo se puede salvar a sí mismo, haga lo que haga la derecha, fracasará, sobre todo la que se une en complicidades y cuyo fin es conservar privilegios; allá quien no lo perciba en su justa precariedad de valores, su oportunismo cínico y lacayismo al dinero.
2.- Capella, viejo conocido graquista en Morelos, se deslinda de sus pupilos represores en Cancún. En Quintana Roo hay un mando único a sus órdenes y las del gobernador, tras la represión sobre jóvenes que protestaban por el asesinato de una jovencita más, y no fue sólo el crimen, fue con saña, lo que genera enojo por impotencia colectiva.
3.- Las vacunas siguen su avance, el próximo año se podrán aplicar. En nuestro país, Gatell salió a decir, con sobrada razón, que se debe ser prudente antes de echar las campanas al vuelo, con lo que el estado garantiza que cuando se apliquen, será para bien, con garantía, salvo en los casos personales que se atenderán con oportunidad.
4.- El dinero que le da a usted una tarjeta de crédito, si bien es suyo, tendrá que pagarlo y a intereses superiores al 70 por ciento, así que ya sabe usted lo que ello representa. En mi concepto ni siquiera es aceptable el “gaste lo que tenga”. Es necesario ahorrar, nunca falta una emergencia.