1.- La actitud de los ultras del movimiento sí por México es evidentemente visceral y tendenciosa. No tiene otro proyecto de nación que el retorno al neoliberalismo para borrar todo lo que huela a progreso y justicia social, a suelo parejo para élites y pueblo.
Es la clara apuesta a la discriminación; es el regreso al universo de patrones y empleados que nunca podrán transitar de su clase a otra, y siempre se les culpará de su pobreza, “porque no se esfuerzan lo suficiente”, así hayan trabajado 16 horas al día y desde temprana edad. El sistema cierra los accesos, privilegia a una élite.
Además, para que lo sepan, los ultras siempre han despreciado a los políticos, a los que considera, si tienen dinero para derrochar, como corruptos, aunque, de frente, jamás les dirán nada, y los llamarán hasta estadistas; les toleran toda clase de excesos, siempre y cuando la perjudicada no sea la cúpula; muy parecido a lo que hacen gobiernos de Estados Unidos: a las administraciones afines no las molestan, así estén asesinando a sus pueblos, pero toda sombra de nacionalismo es apagada a sangre y fuego; es un movimiento de la derecha, es su accionar sempiterno.
Por algo estaban tan a gusto con el PRIAN, el que consecuentó siempre su moral bastante distraída, su evasión fiscal o baja paga de impuestos, la brutal explotación de sus trabajadores, considerados sólo números, y a quienes se le puede sustituir si protestan, si enferman o si mueren; ninguno de ellos es trascendente; son números, expedientes, estadísticas, son todo, menos seres humanos que merezcan el suficiente respeto para tratarlos con decencia; siempre habrá crítica sobre ellos, “son flojos, se me hace que me engañan; seguro que fingen su enfermedad para no laborar”, y si se jubilan, “ahora será un mantenido; podría seguir trabajando, pero prefiere ser un holgazán”.
Esta derecha que siempre ha despreciado a los políticos –reitero-, por su visión de que sólo la élite es perfecta. Los califica de vividores y corruptos, sin embargo, cuando los necesita, les permite acercarse, hasta los convoca, como ahora, requiere sus siglas para regresar al poder, y sabe que si deja a los tres partidos entreguistas ir solos, no tienen ninguna posibilidad de triunfar, por eso acepta esta mezcolanza frankisteniana, para lanzarse contra Andrés Manuel al que se odia porque es pueblo y por no olvidar su origen ni el sentido de su lucha.
Si hubiera actuado como sus antecesores, la derecha le festejaría todo, “periodistas” como Loret, Pagés, Dóriga, Alemán, Brozo y similares, estarían de su lado, pero no, no se tuvo toda una vida de lucha para que, al llegar al poder, se olvidaran los principios y el sentido de sus objetivos, y no los variará.
Estos ultras odian a Andrés Manuel porque no los consulta, porque no les pide que vayan a desayunar con él, porque no los lleva al extranjero, porque cree en la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, porque recibió a Evo Morales, porque no reprime a los movimientos sociales, porque no ha declarado la guerra al narcotráfico, porque está al pie del cañón todos los días, porque no hay fines de semana en los cuales no haga las giras, porque respeta a los profesores, porque cobra los impuestos, porque habla de paz, porque no baja su grado de aceptación ante el pueblo y porque, para él, primero están los pobres.
Odian al presidente; no lo quieren ver derrotado sino entre cuatro cirios; no se atreven, por ahora a ir más allá porque saben que la respuesta popular sería valiente y decidida, por eso lo respetan y optan por la pelea en las urnas, para que, los que actúan en calidad de sus empleados busquen espacios en las elecciones, pero no les será sencillo, falta que el pueblo lo permita.
Sin embargo, les digo, no estaría de más que entendieran que el pueblo es cada vez más consciente de su realidad y no lo van a sorprender, va a pelear, hasta el último aliento y no me extrañaría, al polarizarse las fuerzas: los oligarcas y sus brazos armados (PRI-PAN-PRD-MC) contra el pueblo, sea éste el que les dé la lección de su vida, como lo hizo sobre el absolutismo, el coloniaje, el fascismo y el conservadurismo.
Aquí será contra los farsantes y sus empleados políticos.
2.- El ex gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, ya tiene orden de aprehensión en su contra; en cualquier instante puede ir a prisión, Luis Videgaray no está lejos de ello, y parece ser que la apuesta de quién pisará primero la cárcel, Fecal o EPN, se apunta al priísta, pero el panista no está tan a la zaga y las cosas pueden ser distintas de un instante al siguiente
3.- Que no se adornen los del SNTE, las bases magisteriales hablaron y convencieron a diputados y se logró la continuidad del programa de tiempo completo; su oportunismo, como el de algunos seudoprogresistas al amparo, cuidado y mando del institucionalismo, fallaron, no hicieron nada por el magisterio, pero sí aparecen ahora que se triunfó. Hacerles el juego les convierte en cómplices.
4.- Resulta que una mala copa ocasionó que panistas y funcionarios del gobierno peñanietista estuvieran a punto de ir a los golpes, por los moches que no llegaron a tiempo y se lo tiraron en cara.
Sin embargo, se presentan ante sus gobernados como inocentes, puros, demócratas, honestos.
Lozoya seguirá hablando, al igual que otros más, como Cienfuegos, que ya saben que esto va en serio, que no les darán un “sabadazo”, sino que pueden pasar muchos años tras las rejas por su corrupción galopante.