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De nada sirve la autocensura; ahora todo lo que tengo que dejar son antecedentes: María Antonieta, reportera bajo el Mecanismo de Protección a Periodistas

Hay preguntas que Antonieta mejor no quiere responder: le da miedo. Su presente lo vive en una cama ubicada en lo que antes fue una estética en el centro de San Miguel de Allende, Guanajuato. Hace unos meses se rompió un pie y el otro también salió lastimado, pero ese es el menor de los problemas cuando su mayor preocupación es sentirse amenazada por el poder político del municipio donde vive.

El martirio comenzó el 26 de julio de 2019, un día como cualquier otro en el que María Antonieta Herrera Rubio, reportera desde los 17 años, hoy tiene 34, cubría una manifestación de la Secretaría de Seguridad de San Miguel de Allende: policías, tránsito, protección civil y 911 del C4; los uniformados protestaban por mejores condiciones laborales, que iban desde tener papel higiénico en sus corporaciones, capacitación para uso de armas, respeto de los horarios, hasta ser enviados en grupos a los rondines, pues hacía apenas el 23 del mismo mes, dos de sus compañeros habían sido asesinados en la Avenida Independencia, de dicho municipio.

Antonieta reporteaba para El Sol del Bajío; llegó temprano, más o menos a las seis de la mañana. Hizo sus notas, algunas preguntas y comenzó a transmitir en vivo para sus redes sociales. Fue tres horas después, a las nueve de la mañana, que se apareció el presidente municipal de San Miguel de Allende, Luis Alberto Villareal García, político militante del Partido Acción Nacional, quien, según cuenta la reportera, se molestó ante las preguntas que se le hacían sobre las peticiones de los policías.

“¿Ya estás contenta? Esto no es una manifestación, es un cambio de guardia”, dice Antonieta que argumentó Villareal, al tiempo que le quitaba su teléfono y tocaba la pantalla. “Presidente, ¿qué hizo?, No me haga esto”, le dijo la reportera, quien recibió su teléfono de vuelta de forma violenta. Anteriormente, Villareal García ya había desacreditado la información que Antonieta publicaba: en la radio local, el edil señaló en diversas ocasiones que dicha reportera escribía información no verificada, pese a que ella no era la única que cubría casos de problemas de seguridad en la entidad.

En la grabación, se observa a Luis Alberto Villareal asegurando que las notas publicadas en los medios de comunicación no son fieles a la realidad que vive el municipio: señala que es falso que se haya corrido a la Guardia Nacional, cosa que tilda de ridículo, también asegura que en las bitácoras policiales no hay ninguna falta y asevera que “es momento para definir de qué lado estamos, si estamos del lado de la delincuencia o si estamos del lado de la sociedad. De nuestra parte, nuestra policía, y este presidente municipal está del lado de la sociedad”. Antonieta parece tener una pregunta más, pero el edil se marcha.

De pronto Villareal sale de nuevo: “¿Alcalde, puedo ir con usted?”, pregunta Antonieta. “No, voy al cambio de guardia”, responde el presidente municipal, pero se regresa y le dice: “¿Estamos en vivo, no? Por cierto, desconozco el origen de las notas que tú publicas. He visto mentiras de risa loca, por ejemplo, que corrimos a la Guardia Nacional, -insiste- ¿tú sabes qué alcalde puede correr a la Guardia Nacional? Ninguno. Que si los policías ya no quieren trabajar: no tenemos una sola falta. Que si no tienen chalecos, que si no tenemos armas. Todos los equipos los tenemos, el mejor centro de control del Estado de Guanajuato, el mayor número de cámaras por ciudadanos, una policía valiente, entonces este es el momento de saber de qué lado estamos cada quién, los que están del lado de la delincuencia o los que están del lado de la seguridad, por una policía buena, trabajadora”. Villarreal prosigue: “A esta gente que se juega la vida no le sirven estos comentarios, porque los desprestigiamos. Lo que estás haciéndole es abriéndole la puerta o haciéndole el favor a la delincuencia, lo digo respetuosísimamente, pero lo tengo que decir, no lo puedo dejar pasar, menos como jefe de la policía, por eso estamos aquí trabajando y vamos a pasarles revista”.

Inmediatamente después de lo sucedido, más menos a las nueve de la mañana, Antonieta trata de comunicarse con sus jefes para explicarles lo que pasó, pero no tiene respuesta. Al medio día los directivos de El Sol del Bajío, de la Organización de Editores Mexicanos (OEM), se comunican con ella para informarle que ya habían hablado con Luis Alberto Villareal. “Me dicen, mañana vente al periódico, las oficinas están en Celaya, con tus cosas. Por ende, yo entendía que mi permanencia ahí ya no era segura; ya había habido agresiones verbales del presidente, pero ahora ya era una física, me había quitado mi teléfono, que en realidad, le pertenecía al periódico”.

Antonieta decide ir a la Fiscalía del Estado para poner una denuncia contra el presidente municipal, Luis Alberto Villareal, y de inmediato la busca el Mecanismo Estatal de Protección a Periodistas, para vincularla con el mecanismo federal de protección.

Sin embargo, la nota se hizo viral: “Alcalde de San Miguel de Allende agrede a reporteras que cubrían manifestación de policías”, dicen encabezados como el de “El Observatorio Informativo Noticias”, escrito por Verónica Espinoza de la Revista Proceso, pues aquel día, Antonieta no fue la única reportera agredida.

La periodista permanece en el periódico, pero despiden al director general de El Sol del Bajío “porque él borra todos los videos de la agresión que yo viví; sin embargo, los compañeros ya lo habían descargado y están los respaldos, además de que lo tiene la Fiscalía”.

María Antonieta acusa que a partir de entonces vive acoso y desprestigio por parte de la nueva directora del medio, Catalina Reyes Colín, “y en notas de seguridad de San Miguel de Allende, sobre todo, se me hacía cansada la nota. Yo mi material tenía que mandarlo a las diez de la mañana o a las dos de la tarde, cuando a veces el periódico cerraba la editorial hasta las seis de la tarde. Yo tenía horarios ya extremos, diez de la mañana ya debía tener las notas. Aguanté así desde agosto de 2019, hasta marzo de 2020”, cuenta la reportera y asegura que muchas de las difamaciones que sufrió, fueron porque Luis Alberto Villarreal hablaba directo al director estatal del Sol del Bajío, para que bajaran sus notas sobre seguridad y las borraran de cualquier plataforma.

Dos días antes de la manifestación del 9 de marzo del 2020, mejor conocida como el “Un día sin mujeres”, Antonieta es despedida de su empleo. En un medio de León, Guanajuato, le invitan a escribir un texto sobre el día internacional del movimiento feminista, al cual titula: “Yo no tuve opción”, pues se había quedado sin trabajo.

La directora del medio, Catalina Reyes Colín, acompañada de un abogado, le indica que no hay razón para su despido, que si los quiere demandar, adelante. Antonieta acudió a conciliación y arbitraje en Celaya, y desde ese momento hasta el presente, la reportera no ha recibido nada: ni su última quincena, ni indemnización, ni nada.

Desde entonces, María Antonieta Herrera no ha tenido grandes ingresos. De ella dependen dos adultos mayores y una persona que enfrenta una enfermedad terminal. Mandó solicitudes de empleo a otros medios de comunicación, pero la pandemia por el Covid-19 trajo consigo más dudas que respuestas, por lo que hasta el momento nadie la ha contratado.

Lo más que pudo hacer es un portal de noticias: antonietainforma.com, en el cual intercambia la publicación de notas publicitarias a cambio de comida. “Fue la forma, ni modo” dice la reportera. Su página apenas logra poco más de 600 seguidores.

Acá el link del Facebook de María Antonieta, si quieres apoyarla con un like: https://www.facebook.com/AntonietaInforma/

El 27 de julio del 2020, María Antonieta hacía una nota en un tianguis; sufre una caída en la que se fractura el pie, el otro se luxa; en el que se rompió le ponen ocho clavos, dos tornillos y una placa, y en el otro se desgarra el músculo y se le sale el hueso.

Sin un peso de ahorros, la salvó una colecta de reporteros y Ciudadanía Sanmiguelense, para pagar las operaciones, los gastos médicos y por lo pronto se mueve en una silla de ruedas. Las cosas podrían parecer mejorar con todo el apoyo de sus colegas y las personas que le ayudan, pero en septiembre, una camioneta Ford, se estampa en la puerta de su casa y el vehículo va a dar hasta donde ella, aún convaleciente, está acostada.

De estar en reposo, de un momento a otro, María Antonieta se encuentra entre vidrios, piedras, ladrillos, una puerta sobre su cuerpo. “No me pasa nada, pero me quedo muy, muy nerviosa”. La camioneta intenta irse pero no lo logra porque otros vehículos resultaron dañados y no le permiten el paso. Llega la policía, protección civil, “y algo que sucede, y que me llama mucho la atención, es que entra protección civil, y en vez de decir ¿cómo está?, me dicen: “Tony, estás bien”, y me impresionó porque dije: saben quién soy, saben que estoy aquí, saben que soy yo. Me alerté muchísimo, hablé con mi familia, hablo con el Mecanismo Federal de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, y me dicen que en efecto, no es normal lo que sucedió”.

Entonces el mecanismo federal de protección determina que ya es necesario aplicar las medidas de protección para María Antonieta. Tiene una reunión virtual con representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Secretaría de Gobernación, de la Guardia Nacional y del propio mecanismo de protección en la que se decide que se comunicaría al gobierno estatal y municipal que ya estaba ingresada en el mecanismo “con el objetivo de minimizar amenazas o que buscaran alguna interacción conmigo. Número dos, que comenzarían vigilancia de la Guardia Nacional a mi domicilio de manera aleatoria; esto es, no iban a llegar a mi casa a tocar, ni que firmáramos una bitácora; la idea era hacer el menor espectáculo posible para proteger mi integridad”.

Sin embargo, el pasado sábado 14 de noviembre, violentos golpes a la puerta de su domicilio alertaron a María Antonieta y a su familia. Su padre salió para atender y resulta que era un convoy de camionetas, seguridad del estado de Guanajuato. “Ustedes no iban a venir, quienes vendrían eran elementos de la Guardia Nacional”, responde el papá de María Antonieta a lo que recibe como repuesta: “Pues no, nosotros somos los encargados de su seguridad, y nos tiene que firmar”.

La reportera no puede salir porque aún sigue convaleciente; el sujeto de seguridad tiene que entrar hasta la cama donde ella está: “Nosotros vamos a venir durante doce meses; nos tiene que decir los horarios en los que va a estar o no va a estar y firmar”. María Antonieta al respecto dice: “Es algo que no puedo explicar bien, pero es que ya ante ese escenario es estar a merced de ellos, y aparte me dice que yo ya estaba informada desde un día antes, y me muestra un teléfono, con lada de Salamanca que obviamente no era el mío”.

Ella le pide los documentos para revisarlos; él no se los permite, sólo se los muestra de lejos. “Veo ahí tres documentos: uno dirigido por Alvar Cabeza de Vaca, secretario de Seguridad Pública Estatal; otro por Adrián Nájera, que es el contacto del organismo federal de protección a periodistas en el estado. Entonces yo le digo: muy bien oficial, sé que está cumpliendo órdenes, pero yo me voy a dirigir con estas personas; ‘sí, pero entonces, ¿en qué horario vengo?’, me responde el policía y yo por decirle algo: ‘bueno, pues, de ocho a nueve de la noche’; ‘¿y los sábados y los domingos? ‘, ‘pues ya, igual, a las ocho’, todo con tal de que ya se fuera”.

De inmediato María Antonieta se comunica con el mecanismo federal de protección, tal y como se le había indicado, pues debía contactarlos si notaba cualquier anomalía en el proceso. Cuando es atendida por María del Carmen Hernández Alejo, la reportera denuncia que recibe un trato indigno. “Primero me dicen que yo tuve la culpa, que no supe leer los protocolos de protección; pero ya después de un diálogo, vimos que era correcto que sería la Guardia Nacional la que me protegería, que no tocarían a la puerta y no sería una vigilancia bajo bitácora; después de mucho hablar, terminé rompiéndome en llanto: lloré, lloré por la impotencia, esta persona, María del Carmen Hernández, deja el micrófono abierto, habla con sus directivos y empieza a burlarse, a arremedarme: ‘Pues es que está diciendo que ya hasta entraron a su casa, que ya saben cómo es adentro’, y le responde a ella: ‘Es que necesita un psicólogo’. Se dan cuenta de que está el micrófono abierto y cortan la llamada”.

En efecto, a la reportera le preocupa que luego de la visita del convoy de camionetas a su casa, las cuales iban llenas de sujetos: al menos 18 personas tomaron nota de dónde vive y uno de ellos incluso ingresó a su domicilio, por las dificultades que su pie roto le implica para moverse. Sin embargo, aunque Antonieta explica que el trato con la Secretaría de Gobernación y el Mecanismo ha sido siempre serio y con respeto, le marcó el hecho de que específicamente María del Carmen Hernández se burlara de su situación.

Se contacta finalmente con Adrián Nájera, quien le rectifica que en efecto, hubo una equivocación de las autoridades, que no era como procedieron y que a partir del domingo ya no irían, que no se preocupara, pero que si no tenía problema en que fueran las guardias de seguridad públicas del estado de Guanajuato quienes a partir de entonces se encargaran de cuidarla… María Antonieta llora y dice: “Se eligió a la Guardia Nacional por una razón muy importante, no sólo por comodidad”.

“He tratado de llevar la situación. Ahora que se ve una luz en el camino mediante medidas de protección, viene el estado (de Guanajuato) y la riega como no tienes idea; y una de las cosas que me llamó mucho la atención es que el Mecanismo escribió a las autoridades estatales y a la Comisión de Derechos Humanos local si tenían conocimiento de mi caso y ellos dijeron que no, cuando yo ratifiqué mis denuncias en la Procuraduría de Derechos Humanos; está mi carpeta abierta sobre la denuncia al presidente municipal”.

Según el propio mecanismo de protección a periodistas que han estudiado las redes sociales de María Antonieta, y todo lo que publica, en efecto, han encontrado información, por decirlo de alguna manera, inofensiva: cuestiones culturales, más lúdicas, comerciales, ya nada de crítica al poder público, ni a personajes de ningún tipo, pero “de nada sirve que me autocensure, de nada sirve que tengas un bajo perfil, al final del día, ellos traen una situación, y vienen tiempos electorales, y sé que tal vez estorbe algo de lo mío… Vienen momentos complicados, vienen momentos muy, muy complicados”.

Apenas el 9 de noviembre del presente años, Israel Vázquez Rangel, reportero de El Salmantino fue asesinado a balazos en Salamanca, cuando se acudió a cubrir el hallazgo de restos humanos en una colonia de dicho municipio. En eso se ha convertido Guanajuato: fosas, desaparecidos, asesinatos.

“Hoy, con la situación que vive el estado de Guanajuato, sí temo por mi seguridad”, dice María Antonieta y cuenta que ahora, a través de sus redes sociales debe estar publicando “evidencias” de cualquier situación extraña que observa en su realidad. “No es agradable estar bajo es escrutinio público, no lo es, pero el mecanismo a mí me dijo que, si no lo publicaba, no existía, entonces tengo que dejar constancias (…) sin embargo, eso no me asegura que esté segura (…) el chiste es dejar un antecedente, y me duele decir que soy lo único que tengo que dejar… antecedentes”, dice la periodista rompiendo en llanto.

Y justo por eso, a continuación, todos los antecedentes que ha debido grabar María Antonieta para dejar constancia del miedo que vive una reportera cuyo único error fue hacer su trabajo.

1. Equivocaciones de FSPE en San Miguel de Allende:

A) caso familia luna SMA: 13 de enero 2017.

https://www.eluniversal.com.mx/articulo/estados/2017/01/17/envuelve-misterio-el-asesinato-de-tres-ninos?amp

B) Leonardo Reyes, SMA: 13 de diciembre 2018.

https://www.google.com/amp/s/www.am.com.mx/amp/guanajuato/noticias/Acreditan-fuerza-excesiva-de-Policia-Estatal-en-asesinato-del-migrante-Leo-Reyes-20200218-0009.html

2. Situaciones con antecedente María Antonieta Herrera Rubio:

A) 26 de julio 2019, agresión Luis Alberto Villarreal.

– una de tantas notas informativas: https://observatorioinformativo.com/alcalde-de-san-miguel-de-allende-agrede-a-reporteras-que-cubrian-manifestacion-de-policias/

-video recopilación (de las transmisiones originales) de diferentes medios: https://youtu.be/xZ_ZWTUZvj4

-Seguimiento: https://soybarrio.com/oem-y-villarreal-revictimizan-a-periodista-agredida-colectivo-exige-respaldo-a-pdheg-y-a-directora/

B) (Redes sociales personales) Un individuo me siguió dentro de un negocio local (es un negocio, al parecer, de la familia del presidente municipal) 06 de marzo 2020: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10220023800532840&id=1458451297

C) (redes sociales personales) texto antecedente, 11 de septiembre 2020: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10221811284858831&id=1458451297

D) antecedente accidente número 2, un vehículo (ese día yo no lo puse en mis redes sociales ???? tengo fotos todo) 18 de septiembre 2020:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=172575764360754&id=101070411511290

D) video antecedente, Sábado 14 de noviembre 2020:

Redes sociales personales: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10222266672843246&id=1458451297

Página de fb: https://www.facebook.com/AntonietaInforma/videos/1563162410557536/

3. Esta es mi página (no tengo página web) que dio de alta el mecanismo Federal, donde sigo ejerciendo mi labor :

4. Últimos sucesos a periodistas en Guanajuato:

El Colectivo por la Libertad de Expresión en Guanajuato y decenas de periodistas exigen justicia frente al asesinato de Israel Vázquez y protección para realizar su trabajo


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