La Comisión Europea ha propuesto este martes un plan de acción para avanzar en el reto de la integración y la inclusión de los migrantes con permiso para permanecer en la Unión Europea, un reto que Bruselas ha avisado que debe ser compartido por quienes llegan y por quienes les reciben y para lo que ha ofrecido recomendaciones y fondos para actuar en materia de educación, empleo, vivienda y salud.
Bruselas ha querido así subrayar con este plan a largo plazo un mensaje dirigido tanto a los migrantes como a los estados miembro para advertirles de la responsabilidad compartida y dejar claro que la inclusión “es tanto un derecho como una obligación”, en palabras del vicepresidente responsable de Migración, Margaritis Schinas.
El conservador griego también ha considerado que no se deben crear “automatismos” que vinculen la migración con el auge del extremismo, pero ha pedido “reconocer” que existe un riesgo de que organizaciones radicales aprovechen la vulnerabilidad de los migrantes y exploten “el vacío en las estructuras” de la administración y las instituciones.
Por ello, ha continuado, la Unión Europea debe redoblar esfuerzos para que “nadie sea excluido” en su territorio y se ofrezcan oportunidades reales de integración e inclusión a quienes llegan buscando un nuevo futuro a territorio comunitario.
Así las cosas, el plan de acción que propone Bruselas para el periodo 2021-2027 se apoya sobre cuatro pilares: la educación, el empleo, la cobertura sanitaria y el acceso a una vivienda digna.
Se trata de ideas para las que el Ejecutivo comunitario insiste en que habrá más recursos que en el ejercicio presupuestario anterior, aunque admite que se trata de medidas que espera que los Estados miembro sigan pero que no incluye ninguna medida legislativa que imponga la obligación de cumplimiento.
La Comisión dirige este plan al reto de integrar a los aproximadamente 34 millones de extracomunitarios con residencia legal en la UE pero nacidos en terceros países, aunque amplía también el foco hacia el cerca de un 10% de jóvenes europeos que nacieron en un Estado miembro pero al menos uno de sus progenitores no.
Así, Bruselas apunta que hay ciudadanos europeos que también se encuentran con obstáculos graves que les impiden participar con normalidad en la sociedad de la que forman parte. “A veces sigue siendo un problema no tener un apellido común”, ha lamentado la comisaria de Interior, Ylva Johansson, quien ha considerado un “error” subestimar los problemas que tienen algunos europeos por su origen extranjero y ha pedido asumir que “los migrantes son parte del ‘nosotros’” y que “no hay un ‘los otros”.
Con información de Europa Press.