1.- Del no te preocupes Rosario al no te preocupes Enrique, en un mundo que da tantas vueltas, y aquí una de ellas, porque tan parece que la aparición de Robles Berlanga va en dirección correcta de salvar a Peña Nieto, de cobijarlo, de cerrar toda posibilidad de que lo vinculen, que se debe entregar a alguien -¿Videgaray?- y que sea creíble. (No digo que sea inocente. En esa administración mucho anduvo suelto).
Si no es trama de telenovela, ahí hay argumentos suficientes para una serie de intrigas y traiciones, y los amigos de ayer se enteraron en ese ayer de lo que hacían, de cada una de las debilidades, fijaciones, filas y fobias de los otros; se han juntado los elementos y la historia continuará, pero sin que se toque al principal, tampoco a su segundo, porque si se fuera sobre el segundo, al primero no habrá más que un paso, y Rosario los alejará de ese sendero lo más que se pueda, ¿por qué el presidente de ese entonces no tiene culpa alguna o porque lo quiere salvar?, eso lo sabe Rosario, quien, si lo encubre y más delante se sabe, volverá a estar en problemas, pero parece que le gusta la adrenalina.
Que a nadie se le olvide que las investigaciones siguen su curso, que Videgaray está en una serie de problemas, porque Lozoya también lo señala y se le ha venido cargando el costal que cada vez se llena más de complicaciones, de los dineros de la campaña y de su accionar en los cargos que ocupó, de Hacienda y luego fue de aprendiz a Relaciones Exteriores, pero bien pudiera ser que lo ocuparon para otra cosa; el que fuera ineficaz no presentaba ningún obstáculo para seguir siendo parte del equipo selecto de Kike.
¿A poco hasta ahora se dio cuenta de que la abandonaron, Rosario?. La dejaron sola desde la hora en la que entró a la cárcel, y de eso ya tiene más de un año, y ahora sale a decir que quiere ser testigo protegido, pero ¿no será, más bien, que su deseo es que ya dejen de seguirle los pasos a Peña y, entonces, se arma una rama, se sigue, se encuentra a un personaje que pueda cargar con la culpa mayor y así se presenta, y eso pasa ahora.
Rosario puede comprar impunidad o una condena inferior y, a cambio, salva a Enrique de la hoguera, es decir, el negocio le sale redondo, se termina con un personaje inferior que, seguramente, tiene culpa, pero ¿el de hasta arriba no sabía nada?, ¿era un cero a la izquierda?, ¿nadie tuvo la decencia de hablar con su jefe?, ¿de exponerle este asunto?.
Videgaray tendrá sus explicaciones; en un gobierno donde cada quien hacía lo que quería, algo se comió, pero, ¿nada más hasta él llegaba la porquería?, ¿los de arriba eran unos santos?, pues creo que, en el sentido estricto, Osorio Chong igual debe ser llamado ante la justicia, hasta por su bien, para que no se piense que Rosario tiene una misión ante la justicia, y lo que está diciendo no representa ninguna novedad, por lo que, si se le va a dar la figura de testigo protegido, debe hacer un esfuerzo para recordar mucho más de lo que está vendiendo, o que se le deje otro año o que se le aplique la pena que, conforme a derecho, proceda, porque no se le van a comprar los espejitos que ofrece.
2.- Que en paz descansen, Diego Armando Maradona, el doctor Mireles y Flor Silvestre, a los 60 años, a los 62 y a los 90; cada quien en su campo trascendió, el primero de nacionalidad argentina y cercano a dirigentes de izquierda, quizá por ello la crítica mordaz, mientras que el doctor llegó para hacer sentir la presencia de las autodefensas, las que nacieron para frenar el avance de la delincuencia organizada, y el hombre supo lo que era la cárcel, la que le llevó a la tumba, porque ahí no recibió la atención médica suficiente. La señora, esposa de Paco Malgesto y después de Antonio Aguilar, fue un referente de la canción ranchera; algunos de sus hijos y nietos continúan en el sendero.
3.- Las casas de Frenaa, vacías, como siempre estuvieron, fueron consumidas por el fuego, ya no volarán más, después del fracaso de este seudomovimiento, ya en el ocaso.
4.- Norberto Rivera en dificultades; la justicia no sólo es para algunos, habrá que ver lo que tienen los curas, envueltos en una red pederasta, por complicidad o por acción, y, al parecer, se quiere ir a sus últimas consecuencias, así que todos deben cooperar, señor.
