La Unión Europea y el Reino Unido decidieron el sábado continuar con las negociaciones para un acuerdo comercial posterior al Brexit, luego que los tres temas claves aún sin resolverse antes del plazo fijado para fin de año.
Tras una llamada telefónica entre ellos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico Boris Johnson informaron que sus respectivos equipos de negociación regresarán a la mesa el domingo pese a que permanecen las diferencias fundamentales entre ambas partes sobre las normas para una competencia justa, la supervisión legal del convenio y los derechos de pesca para los barcos de la Unión Europea en aguas británicas.
“Diferencias considerables permanecen”, subrayaron ambos líderes en un comunicado conjunto después de su conversación telefónica para evaluar la situación sobre la futura relación entre la UE y Reino Unido.
Aunque Gran Bretaña dejó la UE el 31 de enero, sigue dentro del mercado del bloque sin pagar aranceles ni pasar aduanas hasta el final de este año. Un acuerdo comercial para entonces aseguraría que no hay aranceles ni cuotas en el comercio entre las dos partes, pero aún habría costos técnicos, asociados en parte con inspecciones en aduanas y barreras no arancelarias a los servicios.
Las negociaciones sin duda habrían terminado para este momento si los intereses y los costos económicos en juego no fueran tan importantes. Pero debido a que la UE es una potencia económica y Gran Bretaña tiene fuertes intereses diplomáticos y de seguridad más allá de lo comercial, ambas partes desean usar hasta la última oportunidad de llegar a un acuerdo antes de convertirse en acérrimos rivales.
“Si bien reconocemos la gravedad de estas diferencias, acordamos que nuestros equipos de negociación deberían realizar un esfuerzo adicional para evaluar si se pueden resolver”, afirmaron Johnson y von der Leyen después de la conversación telefónica de más de una hora.
En su declaración, ambos líderes señalaron que se han logrado avances en muchas áreas, pero que las divisiones persisten en los derechos de pesca, el “campo de juego equitativo” —los estándares que Reino Unido debe cumplir para exportar al bloque— y la forma en que resolverán toda disputa futura.
“Ambas partes subrayaron que ningún acuerdo es factible si estos problemas no se resuelven”, dijeron.
Con el período de transición post Brexit a punto de concluir al final del año, las discusiones están enfrentando claramente un momento clave, teniendo en cuenta entre otras cosas las aprobaciones requeridas de ambas partes. Sin un acuerdo, se impondrán aranceles a los productos al inicio de 2021.
Aunque ambas partes sufrirían económicamente en ausencia de un acuerdo, la mayoría de los economistas dicen que la economía británica recibiría el peor impacto, al menos a corto plazo, pues depende más del comercio con la UE que viceversa.
Con información de AP