La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, manifestó que el Estado mexicano trabaja para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de las personas migrantes.
Al participar en el encuentro cultural ‘Con ADN migrante’, la titular de la dependencia enfatizó que “ha llegado la hora de dejar atrás los discursos que promuevan nacionalismos rancios y encerrados en sí mismos; que incitan al odio y la desconfianza a la diversidad cultural, de género y pensamiento”.
Así mismo, mencionó: “debemos ser enérgicos como Estado para seguir impulsando una agenda regional para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de las personas migrantes, ya que es una realidad que hasta el día de hoy persisten los estereotipos, las conductas racistas y xenófobas hacia ellos y ellas”.
Acompañada por el Cónsul General de México en Miami, Jonathan Chait Auerbach, y el Director Ejecutivo de Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Enrique Márquez Jaramillo, la titular de Gobernación, manifestó que la tarea de gobernar es construir comunidades, ciudades, países y regiones donde el derecho a migrar sea respetado de manera tangible por todos los actores de la sociedad.
Puntualizó que no se puede permitir que hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes sigan enfrentando situaciones de peligro durante su trayecto migratorio y que encima sufran de discriminación y conductas racistas cuando llegan a su destino.
En el marco del Día Internacional de las y los Migrantes, la secretaria Olga Sánchez Cordero comentó que los derechos humanos son universales y todas las personas somos titulares de dichos derechos, por lo tanto, no hay excusa para no defenderlos y ampliarlos.
“Nadie es ilegal, migrar es un derecho humano, a los gobiernos nos toca garantizar este derecho de manera ordenada, regular y segura”, comentó.
La secretaria de Gobernación señaló que la cultura es fundamental para lograr una concientización masiva sobre la condición de las personas migrantes, “que sea el arte la principal herramienta para deconstruir las estructuras del pasado, que nos atan a una versión de nosotros mismos que es intolerante; abrámonos a la posibilidad de encontrarnos a nosotros mismos en la otredad y seamos actores de cambio para luchar por la reivindicación de los derechos humanos de todas y de todos”.
