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Los saldos económicos del 2020 y pronósticos del 2021

El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró a este año que despedimos un año sin igual, sumándose a los calificativos innumerables que intentaron aprehender las crisis entreveradas que pusieron en jaque a las políticas públicas de casi todos los países; estimó que la caída de la economía mundial en el presente año será de -4,4%, mientras que en 2021 crecerá un 5,2%.

Para América Latina y el Caribe, el FMI proyectó una caída del 8,1% para 2020 y un leve rebote del 3,6% para el próximo año. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) evaluó que la recesión en la región alcanzará el -7,7% y el crecimiento, un rebote, en 2021 será del orden del 3,7% que no compensará lo perdido este año. Y para México.

Así  las palabras recesión, depresión, incertidumbre se volvieron palabras de sentido común.

Nuestro país, destaca la Secretaría de Hacienda, cierra el año con finanzas sanas, estabilidad macroeconómica y una economía capaz de superar la adversidad y se encuentra en recuperación, con un uso prudente del endeudamiento y un adecuado proceso de refinanciamiento. Lo que permitirá que la deuda en proporción al producto interno bruto, indicador usado frecuentemente para estimar la capacidad de pago de los Estados nacionales.

Lo que sí ha aumentado, como en otros países, es la deuda pública interna, contratada en moneda nacional y más de las tres cuartas partes de la deuda neta del gobierno federal se encuentra en pesos. Si bien, no hay que olvidar, que muchos tenedores de esa deuda son extranjeros. El FMI pronostica un elevado nivel de endeudamiento con bajas tasas de interés.

Sin embargo, sabemos, que pesa sobre los recursos públicos el pago sin fin de la deuda pública heredada, sobre todo la del Fobaproa, que insistimos debería ser repudiada, así como auditada la deuda de los estados.

Destaca también la política monetaria que ha mantenido la estabilidad del tipo de cambio, del dólar con respecto al peso.

Estados dos líneas de política económica destacan a nivel internacional y, más aún, en Nuestra América, porque la mayoría de los países cayó en un mayor endeudamiento y en un proceso devaluatorio pronunciado. Ahí está el caso más difícil que es el de Argentina.

El gobierno aumentó su capacidad de cobrar impuestos y luchar contra la evasión de impuestos, incrementando la captación del impuesto sobre la renta en 5.7% y la del IVA en 14.7 por ciento.

Frente a la pandemia se incrementó el gasto en salud pública tanto para instalaciones, medicinas, la contratación de nuevo personal médico y la compra anticipada de las vacunas  contra el COVID.

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