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“De una vez por todas el capitalismo debería tener la ética y moral que ha perdido”; en el Senado, Alberto Fernández critica carencias del sistema ante pandemia

En sesión solemne desde el Senado de la República, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, crítico al sistema mundo en el que vive la humanidad e incluso al capitalismo que fue puesto a prueba por la pandemia del Covid-19. Aunque no plantea una revolución sistémica, el mandatario clamó por la recuperación de la virtud y la moral de las dinámicas económicas.

El capitalismo actual es, dijo Fernández, la cultura del descarte: “Este mundo ha sido construido para los que estamos acá, para unos pocos, donde el resto queda olvidado. Nosotros no deberíamos repensar eso, no estoy planteando ponerle fin a un sistema capitalista que se ha impuesto en el mundo, estoy planteando si de una vez por todas el capitalismo no debe tener una ética que ha perdido. Estoy planteando si de una vez por todas el capitalismo no debe tener de una carga moral que ha perdido en el tiempo”, aseguró.

En tanto, señaló la necesidad de recuperar “ese capitalismo virtuoso donde alguien invertía y alguien trabajaba, y daban más trabajo; todavía podemos recuperarlo, tirando por la borda ese capitalismo especulativo que medra con los derivados financieros, donde unos pocos hacen fortuna en minutos y vuelven pobres minuto a minuto a millones de seres humanos, ¿no es momento que empecemos a cambiar todo eso, no es esta la hora de darnos cuenta que no podemos seguir así?”.

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“Venimos porque la pandemia lo ha dejado en evidencia, de un sistema profundamente injusto, y que nadie sensatamente puede negarlo. Hemos construido un sistema profundamente débil, tan débil que un ser imperceptible a la vista humana, pudo dar vuelta a la realidad del mundo”, añadió el presidente argentino.

En tanto, señaló que la pandemia  “no solamente se llevó la vida de hombres y mujeres, hizo caer los bonos de los Estados más poderosos, hizo tambalear grandes empresas, ha dejado sin trabajo a millones de personas, y no ha distinguido nada, y ante ese ser, tan minúsculo que no lo podemos ver, no tuvimos capacidad de reacción, no supimos cómo enfrentarlo, en esa incertidumbre nos ha tocado vivir y en esa incertidumbre todavía vivimos”.

En el contexto anterior al Covid-19, apuntó, “la distribución del ingreso se concentraba en muy pocos y la pobreza se distribuía en millones. Era un mundo profundamente injusto, víctima de un cambio climático, producto de la acción humana que se ocupó de contaminar el medio ambiente una y otra vez. Los animales se animaron a salir cuando nosotros nos encerramos, ¿cuánta culpa tuvimos como humanidad para haber construido semejante mundo? Un mundo que no atendía la igualdad de los géneros, un mundo que puso a la mujer en un segundo lugar, inexplicablemente, un mundo que discriminó según la orientación sexual o la identidad de género de cada uno; un mundo que en esas condiciones no hacía buenas sociedades”.

“La pandemia nos dejó a todos en un mismo lugar, en el de la incertidumbre, en el del miedo de no saber cómo enfrentar lo desconocido y en América Latina nos encontró dispersos, porque acaban de terminar cuatro años donde desde algún lugar hicieron todo lo posible para dividirnos, y ni siquiera frente a la pandemia tuvimos la oportunidad de unirnos”, enfatizó Fernández.

Además, el líder sudamericano aprovechó la oportunidad para, una vez más, insistir en la denuncia del acaparamiento de vacunas por parte de las potencias internacionales. “La desigualdad ahora aparece de maneras más miserables, aparece cuando de todas las vacunas que se producen sólo diez países las disfrutan y el resto pelea tan sólo para que cumplan los contratos que firmamos con esos productores. Y así quedamos solos, pelando contra los poderosos una vez más, mendigando una vacuna con la que algunos lucran y por la falta de esa vacuna, muchos mueren”.

“Ante semejante crisis deberíamos preguntarnos, ¿para qué sirvió? Yo creía que la pandemia nos iba a hacer mejores, era posible cierto sentido de solidaridad asomara en la humanidad y por esa vía pudiéramos caminar hacia una sociedad más justa; pero escuché decir a alguien algo que es cierto, para mi pesar: los que eran buenos antes de la pandemia, se volvieron buenísimos antes de la pandemia, pero los que eran malos antes, se volvieron peores. ¿Pero en qué lugar queremos estar nosotros, en el lugar de los que quieren ser mejores, o en el de los que sólo quieren seguir medrando con este presente? Yo me quiero parar en el primer lugar, en el que nos obliga a ser mejores”, reflexionó.

En cuanto al sistema internacional, aseguró que a los países de renta media en América Latina, no se les otorgan los perdones que el orden financiero se les da a los países pobres, pero los tratan como ricos. Por ello invitó a la unidad, a alzar la voz, “porque nosotros también derecho a crecer y desarrollarnos, porque si no todos tenemos la posibilidad, el mérito no alcanza, sin la posibilidad el mérito es una ficción”.

En adición, señaló que México y Argentina podrían juntos trazar un eje que “impregne a toda América Latina de este llamado de cambio, de este llamado de transformación. Las vueltas de la vida hizo que el virus nos huna”, en referencia a la colaboración que ha existido con la provisión y envasado de vacunas contra el Covid-19. “Quizás ese sea el primer paso para trabajar unidos no en contra de nadie, sino a favor de todos”, sentenció.

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